lunes, 24 de febrero de 2020

Independencia y amnistía


Se sabe lo que quieren los catanazis: Independencia y amnistía. De hecho, solo quieren la independencia, porque ya se encargaran ellos solitos de amnistiar a la tercera señal a cuantos golpistas y malversadores estén sentenciados o pendientes de juicio por unos tribunales españoles que de inmediato les serán ajenos.


Lo que ocurre es que para conseguir la independencia necesitan que se convoque un referéndum legal, a la escocesa o a lo Quebec, ya que de no ser así es muy probable que no haya un puñetero país que reconozca a Cataluña como estado soberano, salvo el Irán del Coletas, por supuesto. Y en tal caso, semejante situación llevaría a los catanazis a la más completa soledad internacional en sus delirios de grandeza.

A los catanazis ni siquiera les bastaría haberse apropiado de Teresa de Ávila y Miguel de Cervantes, entre otros grandes españoles. ¡Ah!, eso sí, en pleno aislamiento lograrían completar a mayor ritmo la miseria económica a la que hace tiempo se dirigen, porque como es sabido las ensoñaciones alimentan más bien poco y son incapaces de retener la fuga de empresas, que se les escapan a chorros de Cataluña.

Así, pues, lograr el referéndum legal es la razón de que se haya establecido lo que se ha denominado, con el hipócrita acuerdo del gobierno Fraudez, una “mesa de diálogo”. Pues bien, la primera sesión de ese diálogo ha quedado acordada para el 26 de febrero en La Moncloa. Con la asistencia de dos delegaciones que encabezarán un presidente inhabilitado, el catalán Torra, y otro que no le anda lejos en cuanto a su situación de ilegalidad, Fraudez.

Fraudez no le anda lejos a Torra, aclaro, porque el monclovita aún no ha sido encausado ni se ha dictado sentencia alguna contra él, pero hay sobradas razones para procesarlo y destituirlo, lo que puede ocurrir en cuanto se recopilen algunas de sus peores fechorías e incumplimientos de la Ley.

Al respecto, espero que no falte gente acumulando información y el día menos pensado nos enteremos de que se ha presentado una querella, pongamos de Vox, acompañada de un dosier de pruebas de más de tres mil páginas. O si se quiere llamarlo de otro modo, de más de 40 maletas, que es la unidad de medida de la corrupción social-comunista cuando se revuelca con los narco venezolanos. ¿No, Ábalos?

También podría suceder que Vox, o cualquier otro partido con bemoles, esté expectante ante el resultado de este primer encuentro ilegal, a sabiendas de que el gobierno de Fraudez no puede negociar nada sobre la independencia y la amnistía porque se lo impide el muro infranqueable de la Constitución. 

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