Comenté ayer que
el gobierno de Valencia culpa al PP de practicar dumping fiscal en sus
comunidades, a sabiendas de que se recauda más y ellos pueden hacer lo mismo. Pues ahora
es la patronal catalana la que, en un ataque de codicia que le impide soportar
que la Comunidad madrileña (con un millón menos de habitantes) les haya
superado en PIB, anima al presidente del gobierno para que liquide la política
fiscal de Madrid.
“No se puede
pedir que le suban los impuestos a otros”, ha dicho Miguel Garrido, presidente
de CEIM, patronal madrileña. Si acaso “que se los bajen a [en] Cataluña”, añadió. Lo
que ocurre es que los empresarios catalanes no saben como impedir que las
empresas asentadas en Cataluña dejen de marcharse. Y no solo se van a Madrid,
sino también a otras regiones gobernadas por los socialistas, como Aragón, Valencia
o Baleares, donde no hay ningún tipo de dumping respecto a Cataluña o,
¡pásmense!, al País Vasco y Navarra, verdaderos paraísos fiscales (estos sí) a los que
nunca reprochan nada.
No, el problema
no es que los impuestos sean más bajos en otras zonas (que también), sino el tremendo
hartazgo de numerosos directores de empresas catalanas (o multinacionales) cada
vez que advierten que en Cataluña se paga bastante más porque el gobierno
catanazi necesita mucho dinero para mantener abierto el procés, razón por la que el saqueo es mayor que en ninguna parte. De donde se deduce la siguiente conclusión: Patronos catalanes,
en lugar de pedirle a Fraudez que joda a Madrid, siempre a vuestro favor como
ha ocurrido desde hace siglos, por una vez jugar limpio y pedirle a vuestro
gobierno catanazi que deje de malversar el dinero y os baje las cotizaciones.
¡Ah!, no, eso no
lo harán. Los de Fomento del Trabajo no se atreverán a pedirle nada a la
Generalidad, es así porque muchos de ellos también son catanazis y consideran
que el procés no puede desaparecer por falta de recursos. Es la política de siempre:
Cara gano yo (Cataluña), cruz pierdes tú (Madrid).
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