domingo, 9 de febrero de 2020

Gobierno de igualdad, diálogo y libertad


Lo primero que quiero exponer es que esto no es un gobierno, ¡es una plaga bíblica!, algo que no se le oculta a todo el que quiera analizar con algún detenimiento la cadena de desmanes que practica a diario, cuyos daños para el conjunto de la sociedad es imposible justificar (y cuantificar) salvo que quien opine sea un agraciado de sus favores o un seguidor sumiso de semejante manada de indignos, acerca de la cual no se sabe qué hace tantísima gente comiendo a la sopa boba.


El gobierno de España que ahora tenemos, cuya llegada al poder la perpetró aupado por toda clase de totalitarios comunistas y separatistas, que es justo lo contrario de lo que anunciaba el mentiroso Fraudez en los mítines y entrevistas preelectorales, viene comportándose en su corta trayectoria con enorme injusticia respecto a la igualdad (niega el Iva a las comunidades mientras riega con miles de millones a los golpistas de Cataluña), exhibe una gran cobardía en cuanto al diálogo planteado por los catanazis, ante quienes se humilla, y, en el exterior, muestra un inmenso agravio en relación a la libertad en Venezuela, acreditado mediante un bandazo al pasar de reconocer a Guaidó a ignorarlo por completo y volver a dorarle la píldora al tirano Maduro, como hizo ayer mismo el puto ZP de las narices.

Lo que debería ser un trío de cualidades bien desplegadas por cualquier gobierno decente que mirase por el pueblo: igualdad, diálogo y libertad, la banda de Fraudez lo ha convertido en pocos días en un ejercicio de parcialidad en el reparto de los fondos públicos, de mutismo ante los pactos secretos con los odiadores de España y de coacción soterrada ante cualquier medio informativo que así lo denuncie. Estoy pensando en ABC y OK Diario, entre otros.

Y lo más probable es que tales métodos nada democráticos reciban, a su vez, una nueva vuelta de tuerca (y desde luego siempre a peor) en el conciliábulo de la finca en Quintos de Mora, donde el gobierno en pleno ha asistido después de llegar todos juntos en un autobús. Bueno, todos, todos no, porque Fraudez viajó a sus anchas en helicóptero y, ¡me hago cruces!, la que se supone que debe dar ejemplo, la ministra de Igualdad, quiso llegar en automóvil para demostrar que es más igual que la mayoría.

Repito, ¡esto es una plaga bíblica!

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