domingo, 24 de marzo de 2019

Agua y Ecología para todos (1 de 3)


El reciente fallo del Tribunal Supremo supone un revés importante para el trasvase Tajo-Segura. Al fijar un caudal ecológico para el Tajo, se ha desautorizado el acuerdo de hace años entre el gobierno de Rajoy y el de Castilla-La Mancha (en tiempos de Cospedal y hasta la llegada del socialista García-Page), que fijaba una cantidad mínima (digamos razonable) de agua embalsada en los pantanos de Entrepeñas y Buendía. Para entendernos, el Supremo apunta ahora a lo que debe hacerse, a lo deseable. Y me parece muy bien, pero no dice cómo debe hacerse y, lo que es peor, quién debe fijar el caudal y cuándo ponerlo en práctica. Es decir, en qué fecha los murcianos, almerienses y levantinos en general (donde se incluye a Albacete) volveremos a la extrema necesidad hídrica.


En mi opinión, el Supremo se ha limitado a una prédica ociosa que huele a sermón dominical, donde alude a una especie de… “Sed todos nenes buenos y felices”. De hecho, un Supremo muy obnubilado a la hora de tomar su decisión ha proclamado el derecho a la ecología con la misma intensidad ”ejecutiva” que la Constitución Española de 1978, cuyo artículo 47 dice que “todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada”. Como asimismo, en el artículo 35 se habla del derecho al trabajo, y el desempleo más o menos atenuado sigue a su aire. Vamos, que el Supremo (y me hago cruces), mediante unas ideas tan huecas como retóricas, ha venido a decirnos que “todos los ríos tienen derecho a un caudal ecológico, digno y adecuado”. A los usuarios del trasvase, del que ahora se cumplen 40 años y va destinado a más de tres millones de seres humanos de cuatro regiones de España, y del que cientos de miles de ellos viven de cultivar las tierras y necesitan el agua para no volver a la miseria… ¡pues que les den!

Ojo, que conste que no estoy nada en contra de que el Tajo posea un caudal ecológico, pero si acaso que se implemente de un modo gradual y al mismo ritmo que se materializan otras opciones para que en el Sureste puedan seguir con vida y con trabajo, sin necesidad de volver a la emigración de siglos anteriores. Por ejemplo, un trasvase entre cuencas excedentarias no sería tan descabellado: Del Ebro y el Duero hacia Entrepeñas-Buendía en el río Tajo, ya que parece que la alergia la provoca la simple mención del río Segura y la presunción tan  exagerada como errónea de los murcianos, entre los que no me cuento, de poseer unas tierras tan feraces y de tan buen clima que son “La Huerta de Europa” en lo que se refiere a frutas y verduras extra tempranas. Se imputa a ciertas fuentes socialistas una frase deseosa de dar el finiquito: El trasvase Tajo-Segura es una obra de ingeniería atribuible al hombre y por el hombre subsanable. Pero no es exactamente así, como se verá más adelante. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.