Del PP casi todo lo incorporado
huele a reconstituyente, es decir, a que le han agregado suficientes dosis de integridad
y valentía a un partido que Rajoy, en tales aspectos, dejó en los purititos huesos.
Valor e integridad que se advierten muy de cerca en el propio Casado, un
político aún atado en ciertas cuestiones (el daño de Mariano fue inmenso), pero
que a buen seguro irá reformando a una aceptable velocidad de crucero. De ahí
que nadie que recapacite lo suficiente debería confundir al PP de Casado con el de
antes de la moción de censura, cuyos dirigentes (sobre todo Mariano y Soraya)
jugaban a parecerse al fantasma de la calle Morgue en posición estática.
No hay
más que citar algunos de los nombres incorporados en las listas de las
generales, las autonómicas o las locales: Cayetana Álvarez de Toledo
(Barcelona), Pablo Montesinos (Málaga), Teresa Jiménez-Becerril (Sevilla), Cuca
Gamarra (La Rioja), Beatriz Fanjul (Vizcaya), Juan José Cortés (Huelva), Isabel Díaz Ayuso y José Luis
Martínez-Almeida (Madrid), entre otros. Sin olvidarnos del número uno por
Melilla, el general de división Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu. Y no digamos
nada si al final se confirma la presencia en las listas electorales del economista Daniel Lacalle, en la actualidad
asesor del PP.
Sí, sé que parezco un forofo de
Casado (lo admito), pero mi simpatía también se orienta hacia VOX y ese trío de
primeros espadas que liderarán su candidatura en Madrid. Es así porque no veo
otro partido más patriótico que VOX, de ahí que el patriotismo deba resaltarse
en esta época de falsedad y golpismo que nos ha tocado vivir. Pero no todo es
patriotismo, la experiencia de gestión en un partido que no le va a la zaga en
lo patriótico, caso del PP de Casado, es mucho más acentuada que la de VOX y juraría
que es decisiva a la hora de administrar con eficacia el Gobierno y el
bienestar de los españoles.
Finalmente comentaré cuatro
fruslerías sobre el socialismo del Doctor Fraude, un sujeto que ante la falta
de candidatos de valía (para él lo único que cuenta es la fidelidad perruna a
su endiosamiento), no ha dudado en fulminar mediante un ajuste de cuentas a los candidatos escogidos por la
militancia en Andalucía y Aragón e imponer allí unos cuantos lacayos. Lo
justifican así: “No podemos poner siempre las mismas caras”. Naturalmente, ante
determinadas críticas, la frase definitiva de Sánchez fue esta: “Nosotros
hemos escogido el talento”. ¿Talento en Carmen Calvo, en Adriana
Lastra, en César Luena (europeas), en Purificación Causapié (Madrid), y en
otro buen puñado de lumbreras sumisas al amo? Claro que, para mayor
desvergüenza, el sanchismo no duda en proclamar a diario, con ciertas
variaciones según toque, la exhumación del general Franco. Que al parecer lo
necesitan de cuerpo presente, sin su losa mortuoria de tres mil kilos, para
acabar poniéndolo de número uno por La Coruña.
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