Hay dos cuestiones entre las que
más preocupan a los votantes españoles, según refleja una encuesta que
reproduce hoy el diario ABC: La situación en Cataluña (entiendo que de rebeldía) y la economía (digamos la
continuidad o no de su crecimiento). Ahora bien, el asunto de la economía afecta
de lleno al modelo de financiación autonómica, con una ley en vigor desde 2009,
cuando Zapatero aprobó un reparto tan arbitrario que solamente benefició a
Cataluña (sobre todo) y también a Andalucía, los dos caladeros tradicionales de
votos que ha poseído el socialismo. Y ya se sabe que la izquierda propende al
reparto igualitario… pero solo entre los suyos.
El resto de las comunidades, máxime
si las gobernaba el PP, fueron sometidas al mayor latrocinio que pueda
achacarse a un gobierno, en el supuesto de que pudiera llamarse gobierno a esa
banda de arbitrarios que dirigía el delincuente Zapatero, un fulano con el que
comenzaron casi todos los males que actualmente padece España y de quien
espero que algún día se siente en el banquillo a causa de alguno de sus muchos
delitos.
Veamos, sin descartar otras
circunstancias que influyen en el bienestar de la población de nuestras
regiones (la dispersión de sus habitantes, el PIB per cápita, las
infraestructuras, el nivel de pobreza o empleo, la insularidad, etc.), la razón principal para que a una comunidad llegue más o menos dinero procedente del
Estado debería de ser el número de los habitantes que posea. Eso sí, luego cabe añadir
las medidas correctoras que se consideren necesarias, pero que todas juntas no
sobrepasen el 12-15% (en más o en menos), de modo que la partida principal, el
85-88%, la determine siempre la cantidad de habitantes del territorio considerado.
Un ejemplo que podría valer se da
en la Región de Murcia, con una población cercana al millón y medio de
habitantes (y en aumento), lo que la sitúa en el puesto 10º, pero con una
asignación de recursos que no llega al 95% de la media nacional, lo que determina que cada
año esté peor financiada. No parece demasiado justo si se considera, además,
que la Comunidad está muy mal dotada de infraestructuras (el AVE tardará aún
varios años en llegar), la riqueza sitúa a la comunidad de Murcia en el puesto
11, y la desertización, que debería de ser otro factor de corrección, avanzó
bastante en los años de ZP, ya que el trasvase cero fue lo habitual tras la
cancelación del Plan Hidrológico y hubo que sobrevivir agotando los acuíferos. En la etapa de Rajoy llego más
agua procedente del Tajo y, de nuevo, los trasvases cero se han a dar como consecuencia de otro socialista inicuo, Sánchez, al que le importa un
huevo todo lo que no sea su persona o las regiones donde espera buenos
resultados electorales. Y así, dejadas de la mano de Dios, hay varias regiones
españolas.
Al respecto, me ha satisfecho bastante lo que VOX propone desde hace
días: Retomar la construcción del Plan Hidrológico Nacional para que el agua
llegue hasta donde haga falta. Si el PHN llegara alguna vez a Murcia, con la
enorme experiencia que poseen los agricultores murcianos (y levantinos en
general) en el aprovechamiento del agua, pondrían en cultivo miles de nuevas hectáreas (media región está en barbecho), harían retroceder gradualmente el desierto y la prosperidad de los españoles en la
zona sería espectacular. Igualmente me ha interesado el proyecto prioritario
del PP para una nueva ley de financiación autonómica que sea clara y transparente, pactada
entre todas las comunidades y sin trato preferencial para ninguna.
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