A qué extremo llegará la
alucinación del separatismo en Cataluña (hoy directamente golpismo), que sus máximos
histriones son capaces de mentir con la mayor desenvoltura bajo los focos y
tras el “cámara, acción”. Tal es el caso de Pilar Rahola, que en pleno debate
de la TV3 (cadena 100% catanazi) ha llegado a presumir de haber visto en Barcelona la película “El acorazado Potemkin”. Eso sí, aseguró que no había entendido
nada porque… hablaban en ruso. La gente que oyó semejante patraña, incluido más
de un “funcionario” de esa TV3 que tan generosamente le paga, no tuvo por menos
que advertirle a la señora que esa película es muda.
¡Madre del amor hermoso! ¿Cómo es
posible que a esta mendruga, con tan bajo nivel de honradez intelectual, sin duda dañino
para los intereses de la “Republiqueta”, sigan considerándola la musa del “derecho
a decidir”? A mi juicio solo hay una respuesta para que la mantengan en “nómina”
y con influencia en el Partido Único: Rahola no es una persona normal; si lo fuese, ella
misma se habría largado hace tiempo y dedicado al periodismo serio, puesto que
no escribe mal en la forma (en el sentido de redactar) pero en el fondo es un
mal bicho que alucina y que se cree sus propias mentiras.
No, Rahola no es una persona
normal, ella se considere superior a cualquier (otro) español y trata de
demostrarlo a diario mediante el desprecio y la ofensa. Y es ahí, en ese punto,
donde los separatistas catalanes disfrutan como locos con las payasadas de una
musa a la que patrocinan a lo grande con el dinero de todos nosotros, sin
importarles un comino si hay o no alguna verdad en sus afirmaciones. A Rahola,
estoy convencido de ello puesto que no puede haber tanto necio en el universo
de los cismáticos, aun cuando la consideran una auténtica alimaña, o algo peor,
llegan a la conclusión de que: “Es nuestra alimaña”.
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