Mi amigo y yo. |
Esta mañana he tenido que salir bien temprano de casa. Sobre las siete y media me encontraba tomando café en un bar de mi pueblo, donde he coincidido con un amigo (de los del colegio) y hemos echado nuestra parrafada. No mucho rato, claro, que la idea de ambos era salir enseguida a fumar en la calle. Comprensiblemente, la gente entraba y salía del local a 100 por hora: café de un trago, alguno achicharrándose la garganta, “y me las piro porque me estoy fumando”. En el bar tenían la tele puesta, en la primera cadena, que a esas horas daba noticias. Antes de iniciar nuestra charla, ya en la calle, hemos visto los titulares de la 1: El asunto Rumasa, la cuestión de las cajas de ahorros que deberán pasar a bancos y, finalmente, el inicio de la Pasarela Cibeles en Madrid.
Al encender el pitillo le he preguntado a mi amigo: “¿No has echado nada de menos en los titulares de la tele?”. “Pues no sé”, me ha contestado, a lo que unos instantes más tarde, pongamos tres caladas, ha añadido: “¿Lo de Rumasa es gordo, verdad?”. Mi pregunta no iba por ahí, evidentemente, sino destinada a interesarme en la percepción que posee la gente normal (mi amigo no puede ser más normal) de lo mucho que se la manipula políticamente en los medios que controla el Gobierno. Una manipulación donde en la 1 de TVE se sitúa el punto álgido de la indecencia informativa. Eso sí, con nuestro dinero.
“¿Gordo lo de Rumasa?”, le he respondido a mi amigo, “Lo que es gordo es que en TVE no se haya dicho absolutamente nada del caso Faisán, un delito de Estado casi a la altura del GAL y en el que Rubalcaba se está quemando a causa de sus muchas mentiras y actos soberbios, de desprecio a los que está obligado a responder en el Parlamento. Lo que también es gordo es que esa cadena omita igualmente el escándalo de los fondos de reptiles que afectan a los socialistas andaluces y en el que se han malversado 600 millones de euros, que es algo más que tres trajes. ¡Eso es lo gordo!”. La moraleja es que hay muchos que sólo se informan por TVE o similares. Y lo que no se dice en esos medios no existe, por supuesto.
A partir de ahí se ha iniciado una leve polémica, porque mi amigo presume a veces de ser “progresista” y defiende a los que cree que son los suyos. En ese punto he comprendido que esta gente no tiene arreglo. Muchos actúan de buena fe, como mi amigo. Si bien por cada uno de ellos que advierte la realidad de lo que ocurre en España, lo que como mucho le lleva a no votar en las siguientes elecciones, hay seis o siete que perseveran en la creencia de que sólo el socialismo redime al hombre y que las fechorías de sus dirigentes no pasan de ser errores subsanables, casi siempre achacables perfectamente a gente como Aznar y a la burbuja inmobiliaria que creó. Claro que, aseguran ellos, siete años de gobierno es poco tiempo para cambiar el modelo económico y hacen falta un par de décadas más (¡Dios!) para incorporar a tope la “economía sostenible”, ese bluf, respondí yo, que de sostenible no tiene nada y que, hasta el momento, sólo ha logrado que paguemos la electricidad más cara de Europa, o casi.
Nota: Aun cuando el artículo fue publicado hace 8 años, con la vuelta al poder del socialismo sarmentoso y su comisaria Rosa María Mateo, ahora, en 2019, RTVE ha recobrado el punto álgido de la indecencia informativa.
Autor: Pedro Espinosa García "Policronio"
Publicado el 18 de febrero de 2011
PD: En la base de datos de Batiburrillo, de Red Liberal, hay 756 artículos dedicados al socialismo.
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