A partir del
mitin de Sánchez, en el que anunció la convocatoria de elecciones para el 28 de
abril, que ya veremos si se materializa en el BOE porque este tipo da unos
bandazos tremendos y es incapaz de cumplir cualquier cosa que prometa, me ha
dado por meditar sobre el partido al que otorgarle mi voto, no vaya a ser que
la indecisión me lleve a las puertas del colegio electoral (el día que sea) y
al final acabe aceptando la papeleta que me ofrezca un viejo amigo, incondicional
del PSOE desde que hizo la primera comunión.
¡No y mil veces no, la izquierda
descartada por completo! Acribillan a impuestos a todo el mundo, como pretendía
hacer el felón en los presupuestos que no se le aprobaron, para repartirlo
solamente entre los de su cuerda. Y a eso, los muy desahogados, encima lo
llaman igualdad o distribución social.
Ahora bien, a sabiendas de que no
tengo más narices que escoger a uno de los “trifálicos”, término que hasta
suena bien si se antepone al de los “trifelones” (sanchistas, podemitas y toda
su ralea de siglas, más la purria golpista), voy a intentar una primera aproximación argumentada
sobre el partido que veo más “acabado”, en el sentido de que a mi juicio posee
mayor capacidad para gobernar con eficacia y sin que termine improvisando en
todo o recurriendo a mercenarios de la izquierda, como le ha sucedido a
Ciudadanos en Andalucía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.