Pedro Sánchez
tiene dos opciones, o pacta su investidura con los peores comunistas que hay en
todo el hemisferio occidental: los inspiradores de la tiranía venezolana, o
sea, los podemitas. Y a esa indignidad de pacto le suma cuanto voto separatista y golpista pueda encontrar por doquier, previo pago de su importe, claro. O, como plan B¹,
que sería el primero de los planes B que podrían producirse cada seis meses,
convocar nuevas elecciones allá para octubre-noviembre.
Veamos que
podrían dar de sí esas opciones: Si pacta con los podemitas y el resto de los
hijos de Satanás, las consecuencias serán tremendas y cualquier persona con derecho a voto irá acaparando
argumentos en contra de ese pacto. Lo hará a medida que vea al socialismo pagando
chantajes. Porque en cada uno de esos chantajes, que nadie lo dude, solo se
beneficiará una parte, siempre la más vil, a costa de la inmensa mayoría de los
españoles, que seremos los paganos. Tendencia al cabo de cuatro años: Sánchez
muy a la baja en sus expectativas. PSOE = KO.
Si, por el
contrario, dilata ahora todo lo que pueda su presentación ante el Congreso,
porque sabe que no tiene ningún voto decente que le respalde, podría darse el
caso de no salir elegido presidente en ninguna de las dos convocatorias. De
este modo, no tendría más opción que volver a convocar elecciones una vez
agotados todos los plazos. Ventajas para Sánchez: Ante sus electores no
perdería el poco prestigio que le queda al someterse a los chantajes e incluso es
posible que le quitara una decena de diputados al Coletas. Y a decena la
tirada, me forro poco a poco.
En conclusión:
las elecciones continuadas no resuelven el problema de la ingobernabilidad pero
el plan B¹ soluciona la única cuestión que de verdad le preocupa a Sánchez y que
consiste en pasar otros seis meses a bordo del Falcon, en espera del plan B². Y así, mediante
elecciones sucesivas, nuestro hombre cree que dejará a los podemitas en los huesos y acabará
por sumar los diputados necesarios para pactar con el cántabro Revilla, único
diputado que le hará falta uno de estos años, si el cuerpo aguanta.
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