Reconozco que no me gusta
escribir tan a menudo sobre el okupa
Pedro Sánchez, lo que ocurre es que Batiburrillo es un blog que desde 2004 se
dedica a la política, con más de 5.000 artículos insertados en sus diversas
etapas, y creo que ahora no existe un candidato que amenace de un modo más evidente
la integridad de España y al mismo tiempo que cuente con alguna posibilidad de formar gobierno.
Si un tipo así, tan traidor como
farsante y manirroto, se instala en el gobierno durante cuatro años más –sin
contar con que se rodeará de podemitas y golpistas– probablemente suponga una
legislatura interminable en la que sin duda se atentará contra el bienestar de muchos
españoles para favorecer a su clientela y, esencialmente, para desvanecer el afecto a una
Patria que él dejaría deshilachada, como se encargó de demostrar Pablo Iglesias
–socio in pectore de Sánchez– al enarbolar en Las Palmas una bandera
separatista canaria.
Si la solución que Pedro Sánchez
ofrece al separatismo catalán –o al vasco– es la de reformar otra vez el Estatut para “aumentar las competencias y reconocer singularidades”,
además de “descartar la aplicación del 155”, entonces es que este hombre aprieta los ojos hasta sentir dolor y se niega a entender lo que es el nacionalismo identitario –que jamás se dará por
satisfecho incluso logrando la independencia–, o bien es que, como escenario más
probable, simplemente habla para unos cuantos miles de ingenuos a los que volverá
a estafar en cuanto pasen las elecciones.
Lo evidencia el hecho de que algunos golpistas y otras sabandijas anexas prefieran que gane Sánchez. Es más, en su condición de
trolero, a Sánchez solo le ha faltado añadir que en el nuevo Estatut se añadirá un artículo donde a
los catalanes se les garantizará la vida eterna y que todo será gratis para ellos. Sí, solo para
ellos, al margen de donde pasen a morar sus almas y sin que necesiten entonar una simple
alabanza al Santísimo.
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