Hace pocos días le dije a un
familiar que aún permanecía en el “pinto, pinto gorgorito” respecto a qué
partido votar. Creo que hoy, pocas horas antes de las elecciones, ya lo tengo decidido:
votaré al PP de Pablo Casado, en el bien entendido que el PP renovado de
Casado no tiene nada que ver, pero absolutamente nada, con el PP
gandul-corrupto y espantadizo de Mariano Rajoy.
Sí, ya sé que aún quedan varios miembros
nocivos en el Partido Popular, pero aseguraría que es imposible erradicarlos de
un plumazo sin que el PP se cuartee –el ejemplo de Garrido en Madrid no es más
que un botón– y se disuelva en otras tres o cuatro formaciones, ninguna de las
cuales llegaría a la veintena de diputados, en el mejor de los casos, y en el
peor se convertiría en un partido entre regionalista y nacionalista: Feijoo en
Galicia, por ejemplo. Todo ello supondría un gran revés para la estabilidad de España, que es lo realmente importante.
Estoy convencido de que se hará una
renovación completa a no tardar, con más motivo si Casado logra presidir el Gobierno, porque
entonces se habrá afianzado su figura y casi ningún pepero osará ponerle la
zancadilla, claro que los Feijoo suelen ser recalcitrantes. Con todo, si Casado
llega al poder, después de las municipales se eliminará gradualmente no poca
morralla que ahora vive al límite de la rivalidad o la inoperancia, porque
asentar un partido, igual que destruirlo, no es posible hacerlo a la tercera
señal, Rajoy tardó muchos años en convertirlo en un estercolero, circunstancia
que a Casado aun le proporciona mayor mérito.
Llegados a este punto, cabe
reflexionar sobre por qué VOX y Ciudadanos no se han visto afectados por la
corrupción. La respuesta está chupada: ¡Nunca han gobernado en solitario, salvo
en algún ayuntamiento nada significativo! Lo de Ciudadanos es pasmoso, no han
querido integrarse en ningún gobierno importante, como por ejemplo Madrid, después
de más de una década de existencia como partido político y se han limitado a
respaldar desde fuera al PP o al PSOE.
Ahora, en Andalucía, Ciudadanos
parece que ha perdido la virginidad, ya veremos por cuanto tiempo y asimismo veremos,
muy especialmente, si se “arriesgan” a formar coalición en otros gobiernos,
pongamos en la Comunidad Valenciana. No, lo de Ciudadanos no es esa nueva
política de la que tanto presumen, si acaso es una política agazapada
en la burbuja durante 12 años, diríase que al objeto de no contaminarse
mientras iban acopiando fuerzas e información sobre corruptelas de los que sí daban el
callo. Y así cualquiera.
Sobre VOX podría afirmarse casi
la mitad de lo dicho sobre Ciudadanos, solo que a los dirigentes de VOX cabe
adjudicarles unos valores más firmes, más hechos, menos veleta. Lo que no quita
para que la corrupción comience a afectarles si se convierte en un partido con
alta representación en el Parlamento y más tarde en otras instituciones. No nos
engañemos, ningún partido político que haya ejercido el poder ha salido
inmaculado. ¡Ninguno! ¿Se imagina alguien que VOX llegara a contar con 200.000 militantes
y permaneciera limpio de polvo y paja? ¡Pura utopía! Porque la corrupción no se
detecta siempre en la primera hora en que se produce, para fulminar al corrupto,
y no es extraño que aparezca justo antes de las siguientes elecciones. En cualquier caso, no seré yo quien se lleve un disgusto si PP, Ciudadanos y VOX suman para desalojar al Okupa y luego formar gobierno.
En cuanto al partido socialista,
ayer dejé aquí mi reflexión. Sobre los podemitas, separatistas y demás escoria política, hoy no me pilla el cuerpo para reflexionar
acerca de la iniquidad.
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