lunes, 30 de noviembre de 2015

Delara Darabi, un nuevo crimen del islamismo que debe recordarse (507)

El 1 de mayo de 2009 fue llevada a la horca y ejecutada (lo correcto sería escribir asesinada) la joven Delara Darabi, artista iraní sobre la que todo apuntaba a su inocencia.  

Cuando el conocimiento está al alcance de todo el mundo, asunto a lo que Internet ha contribuido en no poca medida, el gran mal de nuestro tiempo sigue siendo la dificultad que aún tienen algunas ideologías para evolucionar y embriagarse, valga la expresión, del respeto a los derechos humanos. Comenzando por el principal de esos derechos, el respeto a la vida. Hablo de ideología en el sentido político, por supuesto, pero también en el religioso o doctrinario, que tan a menudo se entrelaza con lo mundano cuando el progreso ético ha sido casi inexistente.

El caso más paradigmático de una religión politizada hasta la saciedad, que en absoluto respeta los derechos humanos y que desde sus inicios demostró un desprecio brutal hacia la vida de las personas, vendría representado hoy por el islamismo, una especie de religión —por llamarla de algún modo— que acoge en su seno a más de 1.200 millones de personas incapaces de sacar el pie del lodo, tal es el grado de sometimiento en el que se encuentran esos seres humanos.


En el islam, sus personajes más significados, con mayor poder, todavía tienen a gala la marginación de la mujer y la ejecución pública, en actos que pretenden ser ejemplificantes y que empalidecerían los de la Inquisición de siglos atrás, de cuantos niños, homosexuales y disidentes haya que someter a la última pena. No hablo ya de las lapidaciones o la amputación de miembros por delitos menores, episodios tan infames como injustos en los que con frecuencia la denuncia parte de un acto de venganza.

Esta misma mañana he conocido el caso de Delara Darabi, la joven artista iraní de la que aseguran que seis años atrás mató al primo de su padre, un hecho que inicialmente aceptó para salvar la vida de su novio, cuando ella tenía 17 años, y del que con posterioridad se declaró inocente, como así fue refrendado a posteriori por unas cuantas pruebas que nunca quisieron tenerse en cuenta. Es evidente que en el caso iraní la justicia nunca se equivoca. Desgraciadamente, Delara fue ahorcada el pasado viernes, 1 de mayo de 2009, que curiosamente es el día festivo entre los musulmanes.

Ni que decir tiene que la noticia de su muerte ha despertado numerosas protestas internacionales, como por ejemplo de la Presidencia checa de la Unión Europea y de Amnistía Internacional, entre otras. Se acusa al gobierno de Irán de no cumplir obligaciones internacionales aceptadas voluntariamente, como la no ejecución de personas que supuestamente delinquieron siendo menores de edad.

Lo malo es que aquí acabará todo, porque dentro de unos pocos meses se habrá olvidado el caso Delara —y otros 42 jóvenes “ejecutados” en similares condiciones— y una nueva serie de Felipes González, por poner un ejemplo significativo que en su día me produjo asco, se acercarán a ver a los ayatolás con la intención de hacer negocio en beneficio de sus amos Slimes, comisiones estratosféricas de por medio.


Mientras, el totalitarismo islámico no cesa de avanzar en Occidente o se le rinde pleitesía. Y últimamente, además, con el permiso de Obama, que aseguraría es lo más parecido a un mandatario progre, de los más ingenuos, con los que ha contado USA. Esperemos que el presidente americano llegue a curtirse con el tiempo y unos cuantos desengaños. Y, sobre todo, esperemos que algún día Occidente llegue a percibir la gravedad de no frenar en seco la expansión musulmana.

Artículo revisado, insertado el 3 de mayo de 2009 en Batiburrillo de Red Liberal

2 comentarios:

  1. Anónimo20:57


    Es interesante recordar como se pensaba hace años. Y como cambia la situación.

    Visto lo visto, resulta que los iraníes ahora son los menos malos y hasta podrían pasar por buenos.

    Acertaste en lo de mandatario progre, pero te equivocaste en lo de ingenuo y entonces nadie imaginaba que toda la movida yijadista la había organizado Occidente con los USA al frente.

    Y es que los tiempos cambian que es una barbaridad y a una velocidad de vértigo.

    Pacococo

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    1. Sigo pensando que Obama es un ingenuo, lo prueba el hecho de que recientemente haya ordenado un acuerdo con Iran, como si creyera que los iraníes pensaran respetar ese pacto. Ja y ja.

      En cuanto a la movida yihadista, en realidad se inició se inició en tiempos de Reagan (exacto, con USA al frente), cuando abasteció a la gente de Ben Laden para que expulsara a los rusos de Afganistan. A partir de ahí, fue uno de sus lugartenientes el que se declaro Califa del Estado Islámico y se dedicó a conquistar Siria e Irak, cuestión esta última que te da a ti la razón sobre que los tiempos cambian que es una barbaridad.

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