Ignacio Camacho,
igual que yo —o por mejor decir: yo, tratando de expresarme igual que él (pongamos delante al maestro)—,
siente una especial repulsión hacia Esquerra Republicana de Catalunya, ese
conglomerado fascioseparatista (fascista+separatista) y filoterrorista que un calamitoso día
asaltó el poder de la Generalidad catalana, con intención de quedarse y sin
contar con mérito alguno ni votos suficientes para ello. Lo hizo,
sucesivamente, con el exclusivo apoyo de dos tipos a cual más despreciable
políticamente hablando: Los socialistas Maragall y Montilla, ambos deseosos de
ascender a la máxima poltrona del “Palau” y ambos, por lo tanto, dispuestos a
pagarle a los palurdos radicales de ERC el precio que pidiesen. ¡Y vaya si lo
han ido cobrando!
Camacho no lo
dice, pero ya lo digo yo: Estoy convencido de que Maragall y Montilla pasarán a
la historia como dos verdaderos desaprensivos que entregaron lo mejor de
Cataluña (la educación y la cultura de nuestros hijos), por cesión directa o dejación, a unas verdaderas parásitos políticos
que además se despedazan entre ellos y rivalizan en radicalidad y atropello
hacia una buena parte de los catalanes. Tales serían los casos de Carod y
Puigcercós (más tarde de Junqueras), entre otros payasos asaltapiscinas y tuneadores de coches, como ese jardinero medio analfabeto, Ernest Benach, que al grito de: ¡todo gratis, que paga el pueblo!, le
metió un montón de extras a su coche oficial, todo un Audi A-8, usado como presidente del
"Parlament", cargo en el que permaneció chupando del bote nada menos que siete años y con el único mérito político de pertenecer a ERC, cargo por el que al cesar siguió otros cuatro años cobrando a razón de 90.000 euros anuales. ¿Espanya ens roba, sabandijas?
En uno de sus
brillantes artículos, titulado “Cordón sanitario”, dice Ignacio Camacho de los anormales de ERC:
“TIENE razón
Puigcercós: para hablar de ERC hay que protegerse con un cordón —con erre, no
es errata— sanitario. Más que nada por no contaminarse de la miseria moral que
impregna la atmósfera política alrededor de estos independentistas-caviar tan
aficionados a la limpieza étnica del disidente. Salpican ruindad, y no hablo
del coche tuneado o de ese trinquecillo de dietas que parece haberles escocido;
hablo del café de Carod Rovira con Josu Ternera, por el que en Estados Unidos
le habrían acusado de alta traición ante un Gran Jurado; hablo de las algaradas
fascistas contra dirigentes del PP; hablo de las noches de cristales rotos y
efigies quemadas en hogueras de odio; hablo del acoso a medios y periodistas
incluso de su propia cuerda; hablo de altos funcionarios pringados con aceite
de extorsión —a alguno de los cuales han colocado... ¡en la oficina antifraude!—;
hablo del campo de concentración lingüístico contra los padres
castellanohablantes, hablo del desprecio arrogante y estúpido a los diferentes,
sean camareros inmigrantes —¿verdad, Carod?— o jornaleros extremeños. Hablo de
xenofobia mezquina, de una enajenación filonazi, de un delirio de intolerancia
y exclusión. Trae para acá el cordón, Puigcercós, que me lo pongo yo, y añade
de paso una mascarilla que preserve del hedor de toda esa basura”.
El resto del
artículo, igualmente sin desperdicio alguno, pueden leerlo en este enlace al diario ABC.
Artículo
revisado, insertado el 1 de noviembre de 2008 en Batiburrillo de Red Liberal
ResponderEliminarSon tan basura que hasta leer el artículo produce repugnancia. Tal vez los de bildu o como se llamen, puedan igualarse en miseria, pero habría que mirarlo bien.
Pacococo
Pues sí, me temo que estos de ERC dan asquito.
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