Como vivo en un
pueblo de la costa murciana que es ideal para el veraneo, porque ya se sabe que
el mar, con sus brisas, ejerce de termostato y en buena medida regula las
temperaturas extremas, raro es el año que por estas fechas estivales no
recibimos en casa —y lo hacemos encantados— a dos o tres oleadas de familiares
que proceden de Cataluña, donde reside casi la totalidad de la familia de mi
esposa y también la mía. Sí, reconozco que para una bitácora dedicada a la
política, como es Batiburrillo, poco hay de noticioso en lo expuesto en el
párrafo anterior, pero si continúan leyendo verán que no es así.
Entre los
familiares que suelen visitarnos asiduamente hay varios niños, sobrinos y
sobrinas carnales de mi mujer. Una de ellas, de 12 años, creo que es
especialmente sensible a todo lo que observa en esta tierra, donde asegura encontrarse feliz durante su estancia. A un “¿cómo lo estás pasando?”, preguntado por su
tía, que es catalana de nacimiento y raíces, la sobrina le contestó más o menos
lo siguiente: “Muy a gusto, mis amigas de este pueblo siempre me han tratado
muy bien”. “¿Y por qué habrían de tratarte mal, nenita?”, fue la siguiente
pregunta de mi esposa. A lo que la chiquilla contestó con una serie de razones
que a mí, que oía en silencio el diálogo, vinieron a demostrarme una vez más el
genocidio cultural y antiespañol que se está practicando en Cataluña.
La sobrina, a su
modo, comentó que mientras aquí, en Murcia, nadie está interesado en saber de
dónde es ella y que si alguien le pregunta de qué lugar procede es por simple
curiosidad, no afectando para nada la respuesta en el trato que luego recibe,
cada vez que vuelve a Barcelona e inicia el colegio surgen las mismas preguntas
de siempre a cargo de sus compañeras: “¿Este año también has estado de
vacaciones en España?”. La jovencita le contó a mi esposa que el año pasado
incluso hubo un grupito de colegialas que se dedicó a reiterarle que “Cataluña
no es España”.
Nuestra sobrina,
harta de que intentasen atormentarla con ese “Cataluña no es España” y
desconociendo absolutamente el trasfondo político que hay en las afirmaciones
de sus compañeras de clase —desconocedoras a su vez de que no expresaban algo
distinto a unas ideas inculcadas—, dijo que llegó a contestarles: “Naturalmente
que Cataluña no es España, ¡Cataluña está en España y pertenece a España! Una respuesta brillante,
la de nuestra sobrina, que achaco a la influencia de alguna amiga pro española
o bien a las “contramedidas” educativas que la nena recibe en su casa a cargo
de sus padres y abuelos. ¡Que es bien lamentable que en el colegio vayan
diciéndote que no eres español —o que solamente eres catalán— y luego tengan
que desmentírtelo tus padres!
Viene todo lo
anterior a cuento de las manifestaciones efectuadas ayer por el radical
Carod-Rovira, o como demonios se llame ese farsante, al que considero uno de
los responsables máximos del odio hacia España que se les induce a los niños
catalanes. Unas manifestaciones del nazi en las que llegó a exigirle (¡!) al
jefe de los populares, Mariano Rajoy, que “saque las manos de Cataluña”.
Bien, pues usando un lenguaje similar le exijo yo a Carod: ¡Y tú, infame,
saca tu apestoso adoctrinamiento de las mentes de nuestros niños! Porque en
Cataluña, no nos engañemos, los escolares están recibiendo ración doble de
lavado de cerebro: La Educación para la Ciudadanía zapaterina, bien vista por
ser filosofía izquierdista y del todo vale, y la “Educación Creativa para una patria de
diseño”, made in ERC, que es quien controla
la educación catalana y en la que el socialista Montilla mira vergonzosamente para otro lado.
ResponderEliminarPues si es lo más asqueroso eso de manipular a los niños, pero ellos lo ven como bueno y necesario.
El tiempo pondrá a cada uno en su sitio, supongo, lo malo es que la casta se llevará el dinero y vivirá bien y los de siempre pagaremos los desmanes.
Ellos lo ven bueno y necesario..., tal vez como lo veían bueno y necesario el nazismo, el comunismo o el islamismo, las otras tres ideologías que completan en el cuadro al repugnante nacionalismo identitario.
EliminarLo expones muy bien. La Diada del 11 de Septiembre el Barça acude con sus Directivos y su capitán creo un ciudadano de un pueblo de Albacete a colocar una corona de Flores en la estatua de Rafael de Casanovas. El día 2 de Mayo los equipos Madrileños no entran en estas cuestiones. Política y futbol deberían estar separadas. Mts.
ResponderEliminarMatías, muchas gracias por anotar. Bienvenido a Batiburrillo.
EliminarDesde luego lo del Barça se da en pocos sitios y si me apuras en ninguno más.