domingo, 29 de noviembre de 2015

Los aledaños del Gobierno a guantazo limpio (506)

José Luis Rodríguez Zapatero nunca fue un bobo solemne, se limitaba a simular el gesto para que sus enemigos lo tomaran como tal y se confiaran. Eso sí, fue más malo que la carne de pescuezo y no le importó, como es posible leer en el artículo, ir escabechando a unos cuanto colegas de partido para evitar que alguno acabase por sublevarse y echarlo a él. Pero de bobo nada, en todo caso hipócrita hasta en el gesto.

Próximas las elecciones generales del 20D y como aviso a navegantes, aporto hoy otro episodio que narra cómo fue el último socialismo con mando en plaza al que los españoles logramos sobrevivir, el de Rodríguez Zapatero, también conocido como "El Eterno adolescente" o ZP. De entrada conviene aclarar que ZP, mediante un pacto cargado de nocturnidad y felonía establecido con Artur Mas, fue quien desencadenó la deriva separatista que aún se mantiene en el alero catalán. Así, pues, digamos que el conocimiento del pasado nos ayuda a entender el presente y por lo tanto a no confiar ni un milímetro en ese socialismo que siempre acaba por empobrecernos, dejarnos sin trabajo y con España hecha jirones.

Artículo
Zapatero nunca ha demostrado autoridad alguna para controlar a su propio partido. Ha carecido del poder de convicción que todo líder auténtico debe poseer y en consecuencia desde el primer momento optó por la represalia para mantener quietos a los suyos. Así sucedió con el vasco Redondo Terreros, el valenciano Lerma, el catalán Maragall, el madrileño Leguina, el extremeño Rodríguez Ibarra, el gallego Vázquez…, personajes que fueron apartados más o menos bruscamente para evitar que alguno de ellos le hiciese sombra. Personajes entre los que igualmente podría incluirse al manchego José Bono, al que no dudó en nombrar ministro y luego presidente de las Cortes para desubicarle de su feudo.


Si nos fijamos bien, fue a Pepiño a quien le correspondió el papel de ejecutor de esas represalias, dedicándose durante estos años a excluir de las listas electorales a los discrepantes, casi siempre mediante un episodio intrigante en la federación territorial a cuyo líder se deseaba sustituir. Pero eso es algo muy distinto a poner firmes a los miembros activos con cargo importante, como podría ser el caso de José Montilla, que a diario le envía mensajes a Zapatero, no importa si hay crisis o no, en los que le pide más y más dinero para Cataluña. De ahí la aparición del andaluz Chaves en la tercera vicepresidencia, un cargo destinado casi en exclusividad a lidiar con el morlaco del “Palau”. Es decir, puesto que se trata de un tipo pusilánime, Zapatero precisa gente con pocos escrúpulos para interponerla ante los problemas.

Y es que Zapatero lo está haciendo tan rematadamente mal en casi todos los aspectos, que antes de que se le cierre un frente ya se le han abierto otros. Tales son los casos recientes del Fiscal General del Estado y del Gobernador del Banco de España, instituciones aledañas al poder que andan a bofetada limpia con los ministerios que les son más cercanos: Justicia e Interior, de un lado, y Economía y Trabajo del otro. El fiscal ha comentado determinada dejadez policial, en beneficio de Garzón, y el gobernador ha alertado sobre unas pensiones que difícilmente llegarán a cobrarse si no se reforman las condiciones para percibirlas.

Bien, digamos que el fiscal Pumpido no ha dado la talla —nunca la ha dado— y se ha desdicho el mismo día. Habrá que comprobar qué esbirros interpone Zapatero ante el gobernador Mafo. Los sindicalistas Méndez y Toxo tienen todas las papeletas para ejercer el cargo de sayones en este lance, puesto que de algún modo deben ganarse las mega subvenciones zapaterinas. Por si acaso, el de la UGT ha comenzado por decirle a Mafo que “presenta un exceso de locuacidad, vanidad personal y fanatismo ideológico” (sic). Mientras que el de Comisiones alude a que Fernández Ordóñez supone un foco de incertidumbre para la economía y que “Con amigos como éste, ¿quién necesita enemigos?”. 

Eso sí, ante la gravedad de unas cifras de parados cercanas ya al 17%, que en Andalucía sobrepasan con creces el porcentaje del 20, que no decaiga el ánimo sectario y radical entre las filas de la izquierda sarmentosa, una de cuyas últimas manifestaciones ha sido negarle una calle en Sevilla a las víctimas del terrorismo y a cambio dedicársela a la titiritera Pilar Bardem. Está claro que la receta de este gobierno contra la crisis económica consiste en cerrar los ojos a la realidad y aumentar las dosis de fanatismo. ¡Vivir para ver!


Artículo revisado, insertado el 17 de marzo de 2009 en Batiburrillo de Red Liberal

2 comentarios:

  1. Anónimo17:45


    Oye, que felicidad cuando el paro era del 17 %.

    Estaba claro que muy tonto no debía ser, al menos era lo más listillo que había en el partido, pero no dice mucho y a la vista está la inteligencia de D. Pedro Sánchez y de Dª Susana la aspirante. Y todos ellos con una incultura abismal.

    Por desgracia los políticos son listos para bandearse en el partido y evitar que los derriben, lo cual implica mala leche, pero poco inteligentes pues que son incapaces, no ya de enderezar el país, sino incluso, de encontrar consejeros.eficaces.

    Y esto vale para todos los políticos en activo. Y es más, impiden que las personas inteligentes lleguen para evitar que los puedan desbancar.

    Han sido cuarenta años de nulidades con mala leche. La cuestión es cuanto podremos resistir más.

    Pacococo

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    1. Creo que fue Bismark, el político alemán, quien afirmó que España era la nación más fuerte del mundo: Tantos siglos intentando destruirla y no han podido con ella. Ni podrán, aseguraría yo.

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