El 1 de mayo de 2009 fue llevada a la horca y ejecutada (lo correcto sería escribir asesinada) la joven Delara Darabi, artista iraní sobre la que todo apuntaba a su inocencia. |
Cuando el conocimiento está al alcance de todo el
mundo, asunto a lo que Internet ha contribuido en no poca medida, el gran mal
de nuestro tiempo sigue siendo la dificultad que aún tienen algunas ideologías
para evolucionar y embriagarse, valga la expresión, del respeto a los derechos
humanos. Comenzando por el principal de esos derechos, el respeto a la vida. Hablo
de ideología en el sentido político, por supuesto, pero también en el religioso
o doctrinario, que tan a menudo se entrelaza con lo mundano cuando el progreso
ético ha sido casi inexistente.
El caso más paradigmático de una religión
politizada hasta la saciedad, que en absoluto respeta los derechos humanos y
que desde sus inicios demostró un desprecio brutal hacia la vida de las
personas, vendría representado hoy por el islamismo, una especie de religión
—por llamarla de algún modo— que acoge en su seno a más de 1.200 millones de
personas incapaces de sacar el pie del lodo, tal es el grado de sometimiento en
el que se encuentran esos seres humanos.
En el islam, sus personajes más significados, con
mayor poder, todavía tienen a gala la marginación de la mujer y la ejecución
pública, en actos que pretenden ser ejemplificantes y que empalidecerían los de
la Inquisición de siglos atrás, de cuantos niños, homosexuales y disidentes
haya que someter a la última pena. No hablo ya de las lapidaciones o la
amputación de miembros por delitos menores, episodios tan infames como injustos
en los que con frecuencia la denuncia parte de un acto de venganza.
Esta misma mañana he conocido el caso de Delara Darabi, la joven artista iraní de la que aseguran que seis
años atrás mató al primo de su padre, un hecho que inicialmente aceptó para
salvar la vida de su novio, cuando ella tenía 17 años, y del que con
posterioridad se declaró inocente, como así fue refrendado a posteriori por
unas cuantas pruebas que nunca quisieron tenerse en cuenta. Es evidente que en
el caso iraní la justicia nunca se equivoca. Desgraciadamente, Delara fue
ahorcada el pasado viernes, 1 de mayo de 2009, que curiosamente es el día
festivo entre los musulmanes.
Ni que decir tiene que la noticia de su muerte ha despertado
numerosas protestas internacionales, como por ejemplo de la Presidencia checa
de la Unión Europea y de Amnistía Internacional, entre otras. Se acusa al gobierno de Irán de no cumplir obligaciones
internacionales aceptadas voluntariamente, como la no ejecución de personas que
supuestamente delinquieron siendo menores de edad.
Lo malo es que aquí acabará todo, porque dentro de unos pocos
meses se habrá olvidado el caso Delara —y otros 42 jóvenes “ejecutados” en
similares condiciones— y una nueva serie de Felipes González, por poner un
ejemplo significativo que en su día me produjo asco, se acercarán a ver a los
ayatolás con la intención de hacer negocio en beneficio de sus amos Slimes, comisiones
estratosféricas de por medio.
Mientras, el totalitarismo islámico no cesa de avanzar en
Occidente o se le rinde pleitesía. Y últimamente, además, con el permiso de
Obama, que aseguraría es lo más parecido a un mandatario progre, de los más
ingenuos, con los que ha contado USA. Esperemos que el presidente americano
llegue a curtirse con el tiempo y unos cuantos desengaños. Y, sobre todo, esperemos
que algún día Occidente llegue a percibir la gravedad de no frenar en seco la
expansión musulmana.
Artículo revisado, insertado el 3 de mayo de 2009 en Batiburrillo de Red Liberal
ResponderEliminarEs interesante recordar como se pensaba hace años. Y como cambia la situación.
Visto lo visto, resulta que los iraníes ahora son los menos malos y hasta podrían pasar por buenos.
Acertaste en lo de mandatario progre, pero te equivocaste en lo de ingenuo y entonces nadie imaginaba que toda la movida yijadista la había organizado Occidente con los USA al frente.
Y es que los tiempos cambian que es una barbaridad y a una velocidad de vértigo.
Pacococo
Sigo pensando que Obama es un ingenuo, lo prueba el hecho de que recientemente haya ordenado un acuerdo con Iran, como si creyera que los iraníes pensaran respetar ese pacto. Ja y ja.
EliminarEn cuanto a la movida yihadista, en realidad se inició se inició en tiempos de Reagan (exacto, con USA al frente), cuando abasteció a la gente de Ben Laden para que expulsara a los rusos de Afganistan. A partir de ahí, fue uno de sus lugartenientes el que se declaro Califa del Estado Islámico y se dedicó a conquistar Siria e Irak, cuestión esta última que te da a ti la razón sobre que los tiempos cambian que es una barbaridad.