martes, 29 de enero de 2019

Falta personal, razón: C’s Andalucía


¿Cómo es posible que España se convierta en un estercolero cada vez que la izquierda alcanza el poder? Sucedió en la etapa de Zapatero, a lo largo de casi dos legislaturas interminables, y ha vuelto a suceder en unos poco meses con Sánchez. Y encima, los socialistas fueron aceptando –antes y ahora– numerosos antojos de unos separatistas de los que dependían –y dependen– para mantenerse en el poder.

Visto el hartazgo de gran parte de la población española, a la que el vago de Rajoy no contentó en absoluto por su actuación pusilánime con los golpistas y la dejadez en otras regiones (Galicia, Baleares, País Vasco, Valencia, Navarra), no me extraña nada que Vox haya surgido con tanta fuerza. Hasta el punto de que las últimas encuestas le dan al partido de Abascal una situación muy semejante a la de Andalucía, si bien para toda España: capacidad de decidir quién gobierna.


Conforme en que Vox no parece que vaya a abstenerse tras las generales y deje que gobierne la izquierda en alianza con todo tipo de nazis, en ese aspecto parece que uno deba estar tranquilo. No obstante, ¿se podría decir lo mismo de Ciudadanos? Surge la duda a causa de la extraña decisión que Juan Marín ha tomado en Andalucía, en el sentido de que “no prevé realizar un cese masivo de altos cargos en las consejerías asignadas a Ciudadanos”. Eso sí, nadie ha explicado los motivos, solo un portavoz se ha limitado a decir: “Gobernaremos con los mejores, sean o no de Ciudadanos”.

¡Mal asunto! Me temo que Ciudadanos deberá gobernar junto a buena parte de la izquierda estercolero en Andalucía, unos 2.300 funcionarios de los llamados “de libre designación". Y lo que es peor, podría darse el caso de que le ocurriera otro tanto tras las generales, que a falta de cuadros propios se echara en brazos de ese socialismo de albañal que tanto abunda, puesto que no es escaso el personal del PSOE que se encuentra mano sobre mano en toda España, como secuela de un partido entrado en barrena desde hace años, y nada resulta más sencillo que romper un carné rojizo y que te hagan otro de color naranja.

Veamos, también podría darse el caso de que Juan Marín no se fiara ni de sus propios afiliados, que en Andalucía son unos 8.000 –más los que atraiga el poder–, y sospeche que no dispone de gente adecuada para gestionar con eficacia determinados puestos. De donde se deduce que tal vez irá reemplazándolos poco a poco. Pero también cabe suponer que el hecho de dejar a unos cuantos mafiosos socialistas a cargo de “regenerar” el cortijo andaluz, no sea algo distinto a poner una vela a Dios y otra al diablo. No vaya a ser que C’s rompa la baraja, les dé el finiquito a todos los sociatas y luego no pueda pactar con ellos en las siguientes elecciones… y en las siguientes de las siguientes.

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