miércoles, 9 de enero de 2019

¿Está la francmasonería detrás de Ciudadanos?


De entrada, quiero aclarar que no me acabo de creer, contra lo que circula por Internet –una simple búsqueda en Google nos devuelve más un millón de páginas– que en el partido Ciudadanos abunden los francmasones, que es esa rama masónica de obediencia a la Gran Logia de Francia, en cuyas sesiones se marcan las pautas de la ideología política y religiosa que conviene seguir. Aun así, como sucedió con el masonazo Zapatero, hay ciertos hechos que hacen pensar en la gran “influencia” que Ciudadanos recibe de Francia. Veamos algunos detalles:


Al contrario de lo que ocurre en Vox, que cuestiona el funcionamiento de la birriosa y poco democrática Unión Europea, el partido de Rivera muestra una notoria fascinación hacia ese cambalache francoalemán según el cual, sobre todo con un Reino Unido cada vez más alejado del continente, hay dos naciones de primer orden que deben acordar entre ellas lo que será de nuestras vidas, Francia y Alemania, y al resto nos queda poco menos que decir amén. Al efecto cabe recordar que uno de los reproches más tenaces y enérgicos de Ciudadanos hacia Vox es su falta de europeísmo. ¿Europeísmo al masónico modo?

Lo antedicho, descrito de un modo más neutral, es decir, desprovisto de la obediencia francmasónica casi en exclusiva a una Francia que nunca ha dejado de cortar el bacalao continental, lo que ha venido haciendo desde hace décadas y ante cualquier gobierno de España -Aznar fue la excepción–, equivaldría a decir que el partido Vox no desprecia en absoluto a la Unión Europea –recordemos que la tierra de los españoles se sitúa también en Europa–, sino que reclama una asociación más razonable y menos subrogada a los dos “grandes” beneficiarios de la Unión y por lo tanto a los manipuladores de las leyes “al dente” y del control del Banco Central Europeo.

Por si fuese poco el carácter sumiso de Ciudadanos hacia algún personaje de la ‘grandeur’ francesa, pongamos Macron, al que Rivera le juró poco menos que fidelidad eterna nada más ser elegido y le ofreció Ciudadanos para coaligarse en Europa, hoy podemos leer en la prensa –lo destacan varios medios– que El Eliseo le manda un aviso-amenaza a los naranjitos y alude a que “irán al infierno”, expulsados de ALDE (Alianza Liberal y Demócrata Europea), si se les ocurre aceptar cualquier propuesta de Vox, sea en Andalucía, sea en cualquiera de las otras comunidades y como resultado de cuantas elecciones vayan llegando.

También se ha conocido que Manuel Valls –otro radical anti Vox–, socialista de origen y en buena lógica cercano a la masonería francesa, no deja de presionar ni un minuto (H24) para que Ciudadanos vomite de asco cada que vez que escuche una propuesta de la gente de Abascal. Y en esas estamos, amigos, con un partido político, dirigido por Albert Rivera, que lleva meses decantado a favor de parte y, todo apunta a ello, prefiere trabajar hacia un futuro lo más cercano posible al PSOE. Por supuesto, eso será así, en cuanto Pedro Sánchez se haya quitado de en medio y algunos barones socialistas ídem de lo mismo.

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