En un texto nada menos
que de 13 páginas, cuyo contenido completo pocos conocen hasta el momento, se establece
un acuerdo que Merkel y Macron han firmado hoy. En ese pacto, al parecer se
alude a la defensa del multiculturalismo y se propugna una Unión Europea “soberana
y fuerte”, impulsada por el motor francoalemán. En resumen: Pretenden aunar
fuerzas para hacer frente a los nuevos desafíos con los que se enfrenta la
Unión. Y uno de ellos puede ser la tendencia al aislamiento de la USA de Trump,
que supone un repliegue sobre todo militar pero asimismo económico.
Al mismo tiempo, se
anuncia la creación de una Asamblea conjunta, compuesta por 100 parlamentarios
de cada estado (Alemania y Francia), que deberá estudiar el modo, según se
cita, “de hacer converger las economías, los modelos sociales, favorecer la
diversidad cultural y acercar a las sociedades y sus ciudadanos”. Naturalmente,
tan solo entre los dos países proyectarán –he estado a punto de escribir “impondrán”– todo lo referido a la Unión Europea
al completo.
El gran problema de la
nueva martingala que pretende el “Eje” francoalemán, digámoslo claro, es que enseña
la patita casi entera y otra vez serían unos pocos exquisitos (100+100 en este caso) los que decidirían
por la totalidad de los europeos. Y eso concluiría así –que nadie lo dude– aun
cuando al final lo adornaran con el “refrendo” –parlamentario o no– de cada uno
de los estados miembros.
Eso sí, previamente, a
ese refrendo, y en una especie de paripé solemne donde los Zapateros y Rajoys
de turno de todos los países –hablo de ellos como dos verdaderos modelos de
inutilidad–, recibirían la siguiente imposición
en la sede del Consejo de la UE: “¡Toma, firma en la línea de puntos!”. El tono
de voz, bien entendido, a la par supondría un “date prisa que aún queda mucha
gente para firmar”.
Veamos, si el
Parlamento Europeo consta de 751 diputados, que han sido elegidos directamente por los
ciudadanos de la Unión, ¿no sería más justo –y al mismo tiempo más democrático–
crear una Comisión que incluyera representantes de todos los estados para el
estudio de las medidas que deban proponerse? Por supuesto, la Comisión debería
crearse por tiempo limitado y sin dietas abultadas. Se trataría de no
beneficiar siempre a los mismos, Alemania y Francia. ¡Por Dios, qué ingenuidad
la mía, por eso mismo no se crea!
El Brexit se produjo
porque los británicos son muy raritos y encima siempre se han creído más de lo
que son, pero también porque se sintieron maltratados por el “Eje”. El Grupo
Visegrád, formado por Polonia, Hungría, Eslovaquia y Chequia, no parece
dispuesto a tirar cohetes cada vez que le llega algún acuerdo comunitario que resulta
perjudicial, sobre todo cuando la caprichosa Merkel decidió repartir por toda
Europa dos millones de refugiados, bastantes de los cuales eran simples
emigrantes islámicos que encima llevaban infiltrados unos cuantos yihadistas. Lo
mismo podría decirse del actual gobierno de Italia…
En fin, tal vez otro día abunde en este tema de la UE,
donde la democracia, salvo en la elección de unos parlamentarios sin capacidad
de veto, brilla por su ausencia a todos los niveles. Ahora añado, para
finalizar, que Vox no me parece a mí que sea anti-Europa, sino poco favorable a
esta Unión entre un “Eje” central, al que se le ve a menudo el plumero bicolor,
y una periferia cada vez menos sumisa y más disgustada en aquellos países donde
no gobierna un Sánchez acomodaticio. Vox, de hecho, lo que pretende es reivindicar
algo similar al tratado de Niza, que tanto defendió Aznar y que dejó a España
al nivel que merecía.
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