lunes, 21 de mayo de 2012

El voto de los exiliados vascos


Si la iniciativa de permitir votar en el País Vasco a todos los vascos exiliados de su tierra por la coacción de las pistolas etarras acabase convirtiéndose en democrática realidad sería una buena noticia, pues no son menos vascos que ningún otro y ya es hora de que vayan recobrando derechos que les han sido conculcados. En ello está el gobierno, al que hay que exigir que no se amedrente ante la más que previsible obstrucción de los nacionalistas a que tan higiénica iniciativa llegue a buen puerto.


Se opondrán los nacionalistas vascos porque son conscientes de que los obligados a abandonar su tierra conocen perfectamente quienes son los enemigos de la democracia: aparte de los terroristas, los que recogen las nueces del nogal agitado por ETA, siendo por tanto predecible que el grueso del voto exiliado apostase por la libertad, con el consiguiente perjuicio para los excluyentes partidos nacionalistas.

Así, y mientras no sean libres de residir donde apetezcan, bienvenida sea esta medida tendente a restaurar parte de los derechos perdidos por las víctimas del totalitarismo etarra y sus cómplices. Además, tendría mucho de justicia poética –la “justicia democrática” es evidente– que los votos de los damnificados por las pistolas fuesen decisivos para derrotar de una vez por todas a los pistoleros de las calles y a sus adláteres en las instituciones.

1 comentario:

  1. Es una buena medida. Falta ver como la encajan legalmente, que luego llegan los Tribunales Prostitucionales y se cargan lo que haga falta... Si de verdad quieren que funcione y se haga realidad, yo, antes, cambiaría a algunos elementos de ciertos puestos.

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