Hay unos trabajadores que van a salir a las calles a protestar. ¿Por qué? Porque en
su empresa van a hacer un ERE. La empresa en la que desarrollan su actividad
los citados trabajadores tiene una particularidad: es un sindicato –UGT-Madrid
concretamente–, de esos que se dedican a defender los derechos de los
trabajadores, últimamente rechazando esa reforma laboral del gobierno de Rajoy
que no dudan en utilizar en propio beneficio. Una vez hecha la necesaria
composición de lugar, voy a desarrollar una idea que sobre este particular se
me ha ocurrido y que me tiene en vilo.
Si
los trabajadores de UGT-Madrid van a organizar protestas al considerar que sus
intereses están siendo lesionados, lógico, normal y coherente sería que los
dirigentes de UGT-Madrid, cuyo único norte es apoyar al pueblo trabajador,
hiciesen frente común con los damnificados, pues en caso contrario estarían
faltando gravemente a su obligación. Y aquí se acaba cualquier coherencia, pues
estos dirigentes estarían protestando contra ellos mismos, incluso con
pancartas estilo “Obrero despedido, patrón colgado” y similares. Protesta que, recordemos,
podrían hacer innecesaria si hubiese un mínimo de congruencia entre sus
prédicas y sus actuaciones.
Sería
también digno de ver el recibimiento que los trabajadores tributarían a los
sindicalistas de corazón duro y bolsillo subvencionado: “Fuera de aquí, chupasangres”; “A mangonear a vuestra casa, chorizos”;
“¿Por qué no os aplicáis lo del patrón colgado y lo de que acaban con todo?”
Y ya me imagino a ese peaso de
dirigentes sindicales replicando llorosos y aturdidos: “Compañeros, compañeros que estamos aquí para defenderos”; “La clase
trabajadora ha de permanecer unida y los enemigos son la derecha, el
capitalismo y Franco”. Incluso a algún despistado se le escapará lo de “Todos somos Garzón”, lo cual no hará
sino aumentar el cabreo de la concurrencia. En fin, no descarten que la cosa
acabe a guantazos o, como decimos los gallegos, nun pifostio do carallo.
El
problema es que los rollos de la extrema derecha, el capitalismo, Franco y
todos somos Garzón en que se han apoltronado con todo lujo de comodidades los
sindicatos están fenomenales para dar la nota montando el consabido guirigay,
pero cuando la historia parece ir en serio no hay propaganda que apacigüe los
ánimos del personal. Y el personal a estas alturas lo debe de tener más o menos
claro: los sindicatos no están para defender los intereses de los trabajadores.
Lo suyo, fundamentalmente, tira más por el lado del agitprop y la subvención.
Va a ser divertido ver algunas reacciones... La vida da muchas, pero que muchas vueltas...
ResponderEliminarEn concreto, el asunto del ERE de UGT clama al cielo, más aún en el contexto de la huelga de hoy. Yo veo que en este país hay mucho tonto que se deja manipular y lo que es peor, engañar por los mismos que les hacen la cama, para hacerles el juego que les permita seguir justificándose y enriquecerse a costa de todos los españoles. Ay!
ResponderEliminarTodo lo relacionado con estos subvencionados sindicatos que padecemos clama al cielo. Es vergonzoso.
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