Siento verdadero asco de lo que está ocurriendo en nuestra patria. No me importa demasiado que la frase suene radical, no pretendo parecer neutral ni sobrio. Desde posiciones izquierdistas en mi vida anterior, hace tiempo que tomé partido por lo que me parece que es la libertad, de modo que mantengo una línea muy crítica con las actuaciones socialistas, comunistas y nacionalistas, tan hipócritas, tan ineficaces y tan desleales hacia el pueblo español y hacia España en su conjunto.
Hoy, lo último que he sabido es que el Tripartito catalán ha chantajeado a Lara, amo de Planeta, para que destituya encubiertamente a Anson como editor e ideólogo de La Razón, también para que dé un giro a la izquierda a la televisión Antena 3, la única que no ataca con alevosía al Partido Popular. No tengo especial predilección por Anson, es más, apenas he leído unas pocas veces su recargada y en ocasiones surrealista “Canela Fina”, pero si pensamos que este hombre, periodista de prestigio y patriota, ha sido arrinconado con tal facilidad, qué no harán con las nuevas promociones de periodistas que se vayan incorporando.
Al parecer, el motivo del chantaje contra el Grupo Planeta y sus medios, que además se ha visto acompañado de la exhibición de fuerza o aviso a navegantes que representa la suspensión de emisoras Kiss FM en Cataluña (una especie de ostentación de misiles balísticos en la plaza Roja), ha sido recordarle a Lara que si no se porta bien le impondrán un porcentaje elevado y obligatorio de sus ediciones en catalán. Que la ley de normalización lingüística, o como demonios se llame, no sólo sirve para adoctrinar a los niños (ahora incluso a los adultos), sino que representa una bala en la recámara presta a dispararse contra la sien de aquellos industriales que no se sometan a las conveniencias de quien gobierna.
Esa ley, en las antípodas del respeto a la diversidad cultural que tanto alegan y quieren para sí los nacionalistas, lo mismo les vale para presionar a los productores de cava, en el etiquetaje, que a las grandes superficies; lo mismo la usan para forzar el tipo de educación que imparten las entidades concertadas, como algunos colegios, que para mentener en el redil a los editores y la prensa en general. Cualquiera que no sea sumiso, puede ser intimidado de un modo u otro con la citada ley. Incluso al pequeño comerciante de origen extremeño o murciano que desee ponerle a su tienda el rótulo “Ultramarinos Pepe” se le obligará a cambiarlo por el de “Queviures Pepe”, y además, por desconsiderado, si se pone tonto se le exigirá personal que en todo momento pueda atender en catalán a la clientela. Ya digo, una ley para la extorsión.
En el caso de Planeta, la posible imposición lingüística del Tripartito representaría a medio plazo la ruina del Grupo, al menos en España, porque contra lo que se diga por parte de los nacionalistas, ya vemos qué ocurre con el AVUI, la inmensa mayoría de los lectores, incluso en Cataluña, prefiere seguir leyendo o viendo videos y DVDs en español. Planeta, pongamos por caso, en el supuesto de que se le obligara a imprimir entre un 25 y un 35% de sus libros en catalán, debería comerse cada año cientos de miles de ejemplares no vendidos o bien casi regalarlos a alguna papelera para que los convirtiese en papel reciclado. Respecto a los videos y DVDs, ni siquiera esa opción les queda. Y si a una empresa editora le restas del orden de un 30% de sus beneficios, la llevas a la quiebra con total seguridad.
El empresario Lara, para poder sobrevivir a la vorágine de Maragall-Carod, me temo que no ha tenido más remedio que introducir algunas reformas que contenten a los extorsionadores, como por ejemplo el fichaje de Montserrat Domínguez (de la paleta Campos ya ni hablo), la fanatiquilla progre que encima va de neutral por la vida. La destinarán a jefa de informativos de Antena3 o a directora de algún programa puntero, la cuestión es que se note el viraje izquierdoso. Y es que esta gente del Tripartito, que presumía a priori de talante y manos limpias, no ha tardado en demostrarnos que no sólo no es así, como ya hemos visto por el informe aireado sobre los medios de comunicación, sino que se comporta con la misma suciedad que si el camión de la basura les acabase de arrojar al vertedero.
José Manuel Lara Bosch, aunque de origen sevillano por parte paterna, es un catalán recio que ama a su tierra y tiene establecida allí la sede de sus principales empresas. De otro lado, no olvidemos que el empresario es consejero del Banco Sabadell, entidad que, junto a La Caixa, constituye la “banca nacional de Cataluña” y es el principal financiador del grupo, junto al SCH. Lo que significa que difícilmente le permitirán trasladar las empresas a otras comunidades menos rígidas, dicho sea con eufemismo.
Por más necesario que nos parezca el equilibrio de fuerzas en el terreno de la comunicación, ya que se hace muy penoso sortear a cuerpo limpio el invierno mediático que se avecina, hoy todo apunta a que éste será gélido e inclemente. Como se ha expuesto, cada día serán menos los medios que nos ofrezcan algo de calor y libertad informativa. En realidad, lo que se avecina no es el invierno mediático, es la dictadura periodística del todos contra el PP. La izquierda y el nacionalismo tienen varios doctorados en el arte de la conspiración permanente. Nosotros, los liberales, apenas nos acabamos de matricular en primero de ESO, y además nos hemos dejado en casa la cartera y los donuts. No, no soy nada optimista.
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