El análisis de las pruebas lingüísticas realizadas por el gobierno autonómico catalán durante los últimos años demuestra que existe una diferencia sostenida de nivel de dificultad entre las pruebas de castellano y catalán y que esta diferencia se repite invariablemente año tras año lo que demuestra que no es casual.
Las pruebas de castellano son siempre más sencillas y fáciles que las de catalán. Como han dicho algunos alumnos, el examen de castellano es “para párvulos” y el de catalán “para filólogos”.
Estos exámenes de “castellano para párvulos” producen evidentemente unas notas artificialmente elevadas que se utilizan para “demostrar” que la inmersión garantiza el “excelente dominio” del castellano, a pesar de que sólo se estudia 2 horas a la semana.
Convivencia Cívica Catalana ha presentado un informe, titulado “Desigualdad de las evaluaciones lingüísticas del gobierno catalán” que demuestra con parámetros objetivos la diferencia de nivel de dificultad entre las pruebas de lengua española y de catalán, las primeras siempre más sencillas que las segundas.
Convivencia Cívica Catalana exige al gobierno catalán seriedad, rigor y honestidad que deberían plasmarse en la confección de pruebas de evaluación equilibradas de ambos idiomas oficiales que reflejen con fidelidad y objetividad la realidad del conocimiento de los alumnos catalanes, algo que hasta la fecha, como demuestra el presente informe, no se está cumpliendo.
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