miércoles, 22 de mayo de 2019

El social-golpismo en todo su esplendor


Parece mentira la cantidad de barbaridades y vilezas que se vieron ayer en el Congreso y el Senado. Fue todo un circo de dos pistas, ubicado en sendas cámaras, donde no hubo más que prerrogativas e inmunidad para los que vienen apostando desde hace décadas por destrozarnos la patria española. La esfinge Batet, desde lo alto de su Olimpo y con la mirada perdida en el infinito –una imagen que si Dios no lo remedia nos ofrecerá durante cuatro años–, ni parpadeaba ante cada una de las deslealtades que se cometían contra la Constitución española.


Aquello no fue ni de lejos acatar nuestra Carta Magna, sino más bien una sarta de declaraciones recalcitrantes a favor del golpismo. Hubo quien prometió por la república catalana, eso sí, desde su ficticia situación de preso político a la que también aludió. ¡Espantoso a más no poder!, que es lo que sucede siempre que la Ley no se respeta: Todo un espanto, y mucho más si se hace con la connivencia de quien preside la sesión.

Incluso algún catanazi manifestó su fidelidad al 1 de octubre (1-O), esa fecha “gloriosa” que inicio el golpe de Estado a partir de un referéndum donde cualquiera podía votar cuantas veces le viniera en gana. Fecha que no tardaremos en ver colocada en forma de placa –probablemente ya hay unas cuantas–, dando nombre a más de una calle o plaza de numerosas poblaciones catalanas controladas por los de siempre: esa asociación de municipios para la independencia, muchos de los cuales están gobernados por los socialistas del PSC, facción a la que pertenecen Batet y Cruz.

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