Cada día aparecen dos o tres noticias
que hacen pensar en la plaga bíblica que se nos viene encima a los españoles.
Una plaga de diseño socialista, elaborada por el departamento técnico en doctrinas
de “baja estofa”, por supuesto. Porque esta gente es incapaz de ser normal y de
comportarse con algún sentido común, ya que si no juegan a desequilibrar la
sociedad y a sacarnos los cuartos cuando poseen el poder parece que les falte
algo. Y cuando no lo poseen, agitan las calles como si en ello les fuese la
vida.
A los socialistas no les ha
bastado con la Ley de violencia de
género, a todas luces un verdadero trabucazo a la igualdad que proclama la Constitución,
sino que ahora pretenden impulsar otra iniciativa según la cual no todos
seremos iguales, puesto que unos –las mujeres– serán mucho más iguales en
cuanto se apruebe la “La Ley de fiscalidad de género”, nuevo apaño
destinado a que las empresas incorporen a sus ejecutivas un buen “puñao” de
féminas. Ojo, que me parece muy bien cuanta dama alcance la cima del estrellato
mercantil, eso sí, usando para ello el mérito y la capacidad, pero no cuando se
las vaya empujando desde unas nalgas ceñidas de ideología de género.
Por otra parte, Carmen Calvo ha avisado de que la Ley de Estabilidad Presupuestaria "va a caer la primera",
recordando para ello que el PSOE tiene ahora mayoría absoluta en el Senado. ¿Cómo puede argumentarse el pistoletazo de salida para ese “sálvese quien
pueda” que implica un derroche compulsivo en ciernes? La mendruga Calvo lo
justifica todo mediante la idolatría de género, que según ella consiste en el
aumento del feminismo (sic) y que, con otras palabras, viene a decir que será
el “maná” ideológico que convertirá al socialismo en la formación política del
siglo XXI que “construirá la escalera de
la dignidad”. Veamos, ¿socialismo y dignidad?, he ahí dos términos que no
encajan ni en los sueños más favorables de cualquier feminazi.
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