Como respuesta a
los obsequios recibidos, casi siempre por adelantado, el PNV aprobó los
presupuestos generales del PP, lo que no sirvió absolutamente de nada para la
estabilidad del Gobierno, ya que antes de que entraran en vigor los chantajistas
vascos decidieron que les molaba más sumarse a la moción de censura de Pedro “Fraude”,
quien a su vez se bajó los pantalones ante cualquier separatista que le
respaldara, comenzando por un PNV que a saber cuánto pidieron a cambio, además de lo
que contemplaban ya los presupuestos de Rajoy, vueltos a presentar por Sánchez con algún retoque a favor de ellos, y rechazados en esta ocasión por otra mafia
chantajista, los catanazis.
Lo último que se
ha sabido de quienes han venido a demostrar que son unos verdaderos
profesionales del chantaje político, el Partido Nacionalista Vasco, es que no
aceptan de ningún modo que Geroa Bai deje el poder en Navarra, aun cuando el
partido más votado, "Navarra Suma", ha recibido más del doble de escaños, de ahí que
el PNV presione como solo saben hacer los radicales taliboinas para que al socialismo
navarro ni se le ocurra abstenerse para dar el poder a la derecha. No, la nueva
amenaza de los recoge nueces, en la que además las fechas les favorecen para
cobrar por adelantado, es que voten directamente a favor de los abertzales navarros: Geroa Bai,
Bildu y algún otro, si es que Pedro Sánchez tiene interés en recibir los votos
vascos para llegar a presidir el gobierno de España.
Y así, a este
ritmo incesante de chantaje, el nacionalismo vasco ha logrado vivir durante
décadas en el mejor de los mundos posibles, eso sí, a costa del dinero de los
españoles. Mejor mundo, debe aclararse, siempre y cuando la libertad real en el
País Vasco te importe un pepino, lo que no le debería ocurrir a nadie que fuese
consciente del grado de humillación y violencia latente que afecta a muchos vascos en ese
territorio, porque todo lo que no es adoctrinamiento es directamente opresión e
intimidación hacia ellos.
Una actitud opresiva
generalizada y permanente, conviene repetirlo, contra los que no piensan como los nacionalistas, de la que pueden dar fe los pocos
partidos políticos, pongamos Ciudadanos, que con gran coraje y a sabiendas de
que serían insultados y amenazados de forma violenta, programaron un mitin en
el País Vasco. Y así les fue a Ciudadanos, faltó poco para que los lapidaran a pesar de
haberse interpuesto la policía autonómica. Eso sí, el tarugo presidente del PNV, Andoni Ortuzar, llegó a condenar la convocatoria, que era a favor de las víctimas
del terrorismo etarra y la calificó como un acto de indignidad. Indignidad, si
acaso, la trayectoria de un partido al que solamente le ha movido la codicia y
el odio durante toda su centenaria existencia.
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