lunes, 1 de abril de 2019

Los 37 minutos de Sánchez en Cartagena (3 de 3)


Antes de completar la reseña de lo que pudo haber visitado Sánchez y no quiso, tal vez porque una voz en su interior le decía a gritos que no hubiera sabido valorar casi nada o que ya había visto algo similar en alguna película italiana de serie B, no me quedaré con ganas de escribir lo que pienso de semejante personaje. Lo cierto es que pudo haber organizado la visita sin molestarse demasiado, puesto que casi todo lo descrito se encuentra a tiro de piedra de ese ayuntamiento con alcaldesa socialista (intuyo que por poco tiempo), en cuyo libro de honor se limitó a firmar, para a continuación recibir un par de obsequios de chichinabo (dos camisetas del equipo local de baloncesto y un ‘kit’ para preparar el café asiático, variedad típica de la Región de Murcia) y adiós muy buenas, si te he visto no me acuerdo.


Y sin embargo ¡hay tanto por descubrir en Cartagena!:

Calles peatonales salpicadas de edificios modernistas, como el Casino y el Gran Hotel, con fachadas que son auténticas joyas. La sede de la Asamblea Regional de Murcia (imagen superior), cuya contemplación vale, por si sola, una visita detenida a la ciudad. El Museo Nacional de Arqueología Subacuática, donde es posible contemplar objetos de origen púnico, helenístico, romano, medieval y contemporáneo…, desde el pecio original de la nave fenicia de Mazarrón I (siglo VII a. C.), considerada la nave que haya navegado más antigua del mundo, al tesoro de Nuestra Señora de las Mercedes (recuperado judicialmente, tras varios años de litigio, de los piratas norteamericanos de la Odissey), una parte de cuya colección de monedas de oro y plata (unas 590.000) aparece expuesta en el Museo de Arqueología submarina, ARQVA.

Y si hablamos de la ciudad moderna, digamos que surge a partir de la plaza de España, considerada el corazón de la ciudad, de la que arrancan dos grandes avenidas: De un lado el señorial Paseo de la Alameda, con edificios imponentes de reciente diseño y construcción, y, del otro, paralela al mar, discurre la gran arteria de Alfonso XIII, en una de cuyas glorietas, expuesto con todo orgullo, puede verse el submarino de Isaac Peral, tan avanzado para su tiempo. Y entre ambas avenidas, que son perpendiculares entre sí y forman una gran ele, se ubica lo que se conoce como “Ensanche”, compuesto de unas 60 calles en cuadrícula en las que abundan las tiendas de toda clase de productos y servicios en una exposición continua, casi lujuriosa de ofertas. ¡Calidad de vida, se llama a eso!

No me olvido en absoluto, puesto que hace tiempo que los párrafos desbordaron en mucho la extensión de un simple artículo sobre política, de una entrañable institución como es la Academia General del Aire, en San Javier, así como de varios parajes naturales igualmente cercanos a Cartagena que asimismo son dignos de una visita: La reserva marina de Cabo de Palos e Islas Hormigas, cuya característica principal es su gran diversidad biológica y el buen estado de conservación de sus fondos. Considerada como el mejor destino de buceo del continente europeo. También vale la pena una visita a La Manga, a las islas del interior del Mar Menor, a las salinas y arenales de San Pedro del Pinatar y, en general, a los 10 parajes naturales de La Ribera, que es como se conoce al conjunto de poblaciones que hay en la orilla opuesta a la Manga.

¡Hay tanto por descubrir en Cartagena!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.