viernes, 31 de mayo de 2019

PNV, maestros del chantaje permanente (y 2)


Como respuesta a los obsequios recibidos, casi siempre por adelantado, el PNV aprobó los presupuestos generales del PP, lo que no sirvió absolutamente de nada para la estabilidad del Gobierno, ya que antes de que entraran en vigor los chantajistas vascos decidieron que les molaba más sumarse a la moción de censura de Pedro “Fraude”, quien a su vez se bajó los pantalones ante cualquier separatista que le respaldara, comenzando por un PNV que a saber cuánto pidieron a cambio, además de lo que contemplaban ya los presupuestos de Rajoy, vueltos a presentar por Sánchez con algún retoque a favor de ellos, y rechazados en esta ocasión por otra mafia chantajista, los catanazis.


Lo último que se ha sabido de quienes han venido a demostrar que son unos verdaderos profesionales del chantaje político, el Partido Nacionalista Vasco, es que no aceptan de ningún modo que Geroa Bai deje el poder en Navarra, aun cuando el partido más votado, "Navarra Suma", ha recibido más del doble de escaños, de ahí que el PNV presione como solo saben hacer los radicales taliboinas para que al socialismo navarro ni se le ocurra abstenerse para dar el poder a la derecha. No, la nueva amenaza de los recoge nueces, en la que además las fechas les favorecen para cobrar por adelantado, es que voten directamente a favor de los abertzales navarros: Geroa Bai, Bildu y algún otro, si es que Pedro Sánchez tiene interés en recibir los votos vascos para llegar a presidir el gobierno de España.

Y así, a este ritmo incesante de chantaje, el nacionalismo vasco ha logrado vivir durante décadas en el mejor de los mundos posibles, eso sí, a costa del dinero de los españoles. Mejor mundo, debe aclararse, siempre y cuando la libertad real en el País Vasco te importe un pepino, lo que no le debería ocurrir a nadie que fuese consciente del grado de humillación y violencia latente que afecta a muchos vascos en ese territorio, porque todo lo que no es adoctrinamiento es directamente opresión e intimidación hacia ellos.

Una actitud opresiva generalizada y permanente, conviene repetirlo, contra los que no piensan como los nacionalistas, de la que pueden dar fe los pocos partidos políticos, pongamos Ciudadanos, que con gran coraje y a sabiendas de que serían insultados y amenazados de forma violenta, programaron un mitin en el País Vasco. Y así les fue a Ciudadanos, faltó poco para que los lapidaran a pesar de haberse interpuesto la policía autonómica. Eso sí, el tarugo presidente del PNV, Andoni Ortuzar, llegó a condenar la convocatoria, que era a favor de las víctimas del terrorismo etarra y la calificó como un acto de indignidad. Indignidad, si acaso, la trayectoria de un partido al que solamente le ha movido la codicia y el odio durante toda su centenaria existencia.

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