No sé lo que ocurrirá en las elecciones catalanas el 27 de septiembre, día que los inculcadores de odio pretenden tomar como punto de partida para declarar la independencia si disponen de un diputado más que los españoles, como llaman, con la excepción de esa colla de palurdos antisistema denominada Cup, al resto de los partidos que no ha querido sumarse a la lista del 3%. Es decir, de esa candidatura nazi en la que el número uno es un clon de Mortadelo, de dos y tres aparecen dos chachas o criadas rancias que han estado durante años al servicio de la Causa totalitaria, ambas con pasta de todos los españoles puesto que Cataluña tiene un déficit acumulado de 60.000 millones de euros que no puede pagar. De cuatro se esconde Mas, de quien malas lenguas dicen que ya ha apalabrado con el nacionalista Grifols, el de los laboratorios, su exilio dorado —y forrado— en USA. Y será así en cuanto los otros de la lista, muchos de ellos izquierdistas radicales, le hagan la cama y lo tiren al vertedero. Y de cinco va...
Ah, de cinco, de cinco va el del circo. Un orondo payaso
que en lugar de maquillarse la nariz se maquilla un ojo para despistar al enemigo y nunca se sepa hacia donde mira. Es decir, se trata de un payasón que desafía al orbe para que le digan en qué documento se refleja que Cataluña
se quedaría fuera de la Unión Europea. Pues toma nota, ¡so penco! —o zopenco, a
elegir—, es el artículo 2.4 del Tratado de la UE, donde no se cita expresamente
a Cataluña, ni puñetera falta que hace, pero si se indica que solamente los
estados europeos pueden solicitar la entrada. Vuelve a tomar nota: Para considerarse estado debe
ser reconocido como tal por los 28 estados de la Unión. Me oyes bien, ¡so penco!, por
los 28.
Lo que ocurre es que el payaso está convencido de
que Europa les irá detrás, porque ellos, claro, son catalanes y europeos y nadie les puede quitar ese derecho adquirido. No
como nosotros, que solo somos españoles y medio africanos. El tontucio del
cinco, cuya imagen de gordinflón siestorro es el fiel reflejo de un tipo indolente
de guardia en esa condición las 24 horas, ha aceptado ir en ese puesto de la
lista porque sabe que en caso de pringue, que es como probablemente acabe
el deseo de secesión de los nazis, será el quinto en escoger camarote en el
barco prisión anclado en el puerto de Barcelona, en espera de juicio.
Y claro, que a un tipo de Esquerra Republicana de
Cataluña le puedan enchiquerar por varios delitos de lesa patria contra España,
igual que ocurrió con Companys y otros colegas de partido, no deja de ser algo
de mucho mérito que más tarde exhibirá en su currículum. Porque este Junqueras,
que es a quien me he referido con lo de gordinflón siestorro y zopenco —¡basta
ya de que los insultos vayan todos en la misma dirección!—, está convencido de que
posee la condición de inmortal al haberse cargado a Puicercós, quien a su vez
se cargó a Carod-Rovira, dos tipos combativos al máximo que demostraron poseer
la mala leche necesaria, sobre todo Carod, como para iniciar en serio, junto a
Maragall, el desvarío cismático en el que ahora se encuentra ERC. Sí, Carod,
ese mismo canalla que le pidió a los etarras, con los que se reunió en Perpiñán,
que miraran el mapa de España y advirtieran donde está Cataluña a fin de no
atentar en su tierra.
Dije que no sé quién ganará y debí de añadir
"ni me importa un pimiento". Repitámoslo: Ni sé ni me importa quien vaya
a ganar las elecciones catalanas. Y es así, porque tarde o temprano el Gobierno
de España (el que sea) se dará cuenta de que aquí la única solución es el
guantazo. Y en el momento en que se les administre a estos de la lista un par
de guantazos bien dados, como ya ocurrió en el 34, el resto de los separatistas
se escaparán por las alcantarillas y no pararán de correr hasta el 2114. Lo que
no sé yo es si habrá alcantarillas suficientes para esos dos millones que,
¡aseguraron con todo el morro!, había en la Meridiana. Que manda narices si
serán farsantes, porque para que fuese cierto lo de los dos millones deberían
de haberse juntado cinco o seis personas en cada metro cuadrado y a lo largo de
todo el recorrido sin fallar ni un solo metro.
Lo cierto es que el guantazo para estos casos de
fiebre colectiva es mucho mejor que la aspirina y puede solucionar el tema la
mar de bien. Y así hasta la próxima, porque ni ellos ni nosotros tenemos la solución
definitiva. Más que nada, es que da la sensación de que no queremos tenerla al
andar acomplejados de que nos llamen fachas quienes practican el hijoputismo
intensivo, que es muchísimo peor y encima nos lo quieren vender como el sumo de
la democracia. Cuando todo el mundo sabe que sin respeto a la Ley, que es como
ellos actúan, la democracia se halla a buen recaudo en una mazmorra tipo Puerto de Santamaría del año 1934. ¿Mese escucha bien, Oriol? Pero que
conste, repito, que la única solución es el guantazo bien dado en espera de una
nueva constitución como la Francesa, sin ningún tipo de comunidades autónomas
ni nada que se parezca. Y que alguien me diga, después de informar al payaso
Junqueras, si en Francia están tan mal que no pueden vivir por falta de estatutos
regionales.
ResponderEliminarYa se sabe que cuando alguien se pone histérico, un guantazo lo corta de raiz. Y no cabe duda que Artur I lo es.
¿Pero quién se lo da? No sus socios en el saqueo de España. Oí un editorial de Luís del Pino en su programa Sin complejos, en el que más o menos viene a decir que las veleidades catalanas sirven para mantener las autonosuyas porque siempre se chupa más con 18 gobiernos que con uno. De modo que todo es un cuento para vivir del cuento en Cataluña y en el resto y mientras los abducidos, con sus votos, a mantenerlos y todos a pagar.
Pacococo
Ahí está, ¿quién se lo da? Yo a lo sumo me animo a decir esto: "tarde o temprano el Gobierno de España (el que sea) se dará cuenta de que aquí la única solución es el guantazo". Pero ignoro cuando será el tarde o el temprano. Eso sí, ¡será!
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