Este es un artículo de fondo que esencialmente pretende constatar mi desesperanza ante la penuria de una tierra que amo, la Región de Murcia. Aquí, en Murcia, por lo que yo detecto no se le ve solución a lo que ocurre si no es echándose poco menos que al monte. Ignoro si determinadas medidas que he oído podrían ser eficaces dentro de la legalidad o bien son fruto de una mente calenturienta como consecuencia de los 37 grados que ayer padecimos en este infierno (25-06-2005). Así, pues, partiendo de mi condición de murciano ignorante o febril, apelo al recurso de una frase lapidaria: Todo pueblo está condenado a valerse por sí mismo o a perecer. Murcia es una región que se siente muy española y aloja a casi 1,5 millones de habitantes, pero lleva camino de extinguirse a manos de la insolidaridad ajena y de su propia indolencia.
Primero fue el tripartito catalán, que a instancias de ERC y con el entusiasmo de Maragall, forzaron que Rodríguez Zapatero paralizase el Plan Hidrológico, lo que determinó que muchas obras particulares que se habían iniciado en la Región murciana, exigidas como condición para beneficiarse de un trasvase que llevaba un año en obras, quedaran desaprovechadas y con sus promotores entrampados con los bancos o empobrecidos en su patrimonio, sin ningún tipo de compensación a posteriori. Por otra parte, la acomplejada y a la vez altiva ministra Narbona, que desde entonces ha venido media docena de veces a Murcia a no se sabe qué (hay quien dice que a consolarnos a base de promesas de castillos en el aire), ha puesto en marcha un denominado “Programa Agua” que en el mejor de los casos y dentro de varios años (hay quien habla de una década) cubrirá el 36% de nuestras necesidades. Eso sin contar etapas de sequía extrema como la actual, que mantiene a inicios del verano los pantanos de la región en el 15% de su capacidad y se reservan, aun cuando hablamos prácticamente de lodos, como oro en paño para dar de beber a las personas.
Pues bien, después de que las insólitas heladas del invierno pasado acabasen con las cosechas extratempranas, y de la ineficaz respuesta del gobierno socialista a la hora de solicitar ayuda a la Unión Europea, cuya Comisión aseguraba hasta hace bien poco no haber recibido ninguna petición, la ola de calor y la sequía actual que la acompaña han impedido la recolección en condiciones aprovechables para el mercado de otras tantas miles de hectáreas cultivadas. Por si todo ello fuese insuficiente, ahora nos encontramos con un arbolado que se secará si no se le ofrece un riego de socorro, que es el caso más grave de los tres citados, puesto que las hortalizas pueden llegar a plantarse dos o tres veces al año, pero los frutales, dependiendo de la variedad, tardan en rendir hasta 10 anualidades. Es decir, ni Atila pasaría gustoso por esta tierra si todo acabase tan seco como se sospecha que puede ocurrir.
Ante semejante perspectiva, el gobierno regional de Castilla-La Mancha, al mostrarse en desacuerdo con el riego de socorro que se le ha pedido al Tajo, deja en manos del gobierno central la decisión de un trasvase cuantificado en 129 hectómetros cúbicos. Pero no sólo eso, sino que el señor Barreda, presidente de la comunidad manchega, alega que la situación de su tierra no es mucho mejor que la murciana, al contar sus pantanos con unas reservas en cabecera del 21%. Es evidente que la razón no le falta al presidente manchego, ya que la cuenca hidrográfica de su región tampoco ha sido nunca de las más favorecidas, de ahí la gran necesidad del trasvase del Ebro, único río de la vertiente mediterránea que arroja al mar agua para dar y vender y que sólo el muro del egoísmo empantana esas aguas y las dedica a darles enjuagues continuados a los pececitos del Delta.
Como detalle curioso que no sé si creerme, porque de ser cierto me parecería un escándalo, he leído que el Ebro, en este 2015 (cuando reviso el artículo) ha tirado al mar el agua suficiente como para abastecer Zaragoza durante 30 años y Barcelona y su área durante 10. O para llenar por completo el gran embalse de Mequinenza, que es el mayor de toda la cuenca del Ebro, tiene una capacidad de 1.533 Hm3 y lleva semanas lleno a más del 90%. Eso sí, los ecologistas y comunistas organizan unos líos monumentales cada vez que se habla de la construcción de nuevos pantanos o del recrecimiento de los actuales.
Con todo, lo más sangrante de esta situación es que el gobierno de Rodríguez Zapatero vaya dándole largas al asunto sin llegar a pronunciarse mientras dos regiones vecinas, ambas con su parte de razón, se enemistan cada vez más. Parece como si ZP esperase un milagro y quizá crea que de un día para otro se presentará la lluvia en estos cielos murcianos no ya azules, sino blanquecinos de sequedad y polvo en suspensión.
Maragall, un fulano de la misma piel política que Zapatero, cuyas características principales son la dejadez, la ineptitud, el deseo de conservar la poltrona y la prodigalidad de favores entre sus allegados, dijo no hace mucho que aquí en el sur derrochábamos el agua. Valcárcel respondió por enésima vez a este tipo de comentarios tan propios de un canalla (no es el primero), y en esta ocasión puntualizó a través del diario ABC: “Tenga en cuenta que Murcia —dice Valcárcel— es una región modélica en ahorro y reutilización de agua, con pérdidas en la red del 3,6%, frente al 27% de media en España. Consumimos por habitante y año 155 metros cúbicos, frente a los 200 de Aragón, por ejemplo, y hemos alcanzado ya los 102 hectómetros cúbicos de reaprovechamiento de agua mediante depuración”.
Bien, pues a pesar de todo ello no me parece que Valcárcel lo esté haciendo apropiadamente en este asunto del agua. En primer lugar porque Valcárcel incide demasiado en que es el gobierno central y la solidaridad de otras regiones quienes deben solucionar nuestro problema, cuando no es así, puesto que ya estamos viendo como se las gastan unos y otros. En segundo lugar porque no me consta que el Gobierno murciano haya creado, en el minuto uno o antes de que se suspendiese el trasvase del Ebro, ningún instituto o departamento especializado que se dedique a estudiar a fondo soluciones alternativas a los trasvases y las desaladoras. En tercer lugar, porque tampoco tengo constancia de que este gobierno regional haya reunido alguna vez, y coordinado, a los principales afectados del caso, que son los regantes. Ni siquiera para movilizarlos en una gran manifestación y sacarle los colores a ZP, a la Narbona y a cuanto tripartítico egoísta se les ponga a tiro. En cuarto lugar, porque Murcia es una región con un amplio litoral y donde hay agua de mar debería de haber agua dulce, o tolerablemente dulce para los cultivos. Ello sería así, naturalmente, si tuviésemos un poco de reciedumbre y espíritu emprendedor. Los israelíes, por ejemplo, se darían con un canto en los dientes si pudieran estar en nuestro mismo pellejo. Lo de ellos, en un 80%, es ya puro desierto que van recuperando a cuentagotas, literalmente hablando.
Ahora bien, y aquí es donde surge mi ignorancia y pido ayuda. ¿Puede un gobierno regional solicitar a las compañías eléctricas que le monten un par de centrales nucleares, o las que sean precisas, para dedicarlas a desalar agua? Porque las desaladoras, que son de lo más interesantes cuando uno puede pagarse la energía, movidas por combustibles fósiles es como si funcionaran a pedales, y es lo que a su aire quiere ponernos la Narbona. Y no olvidemos que el barril de petróleo quizá llegue pronto a alcanzar los 90 o 100 dólares. En junio de 2008 el precio del Brent superó los 140 dólares el barril, con precios a futuro de 185 dolares.
Esta es la clave de toda la cuestión: energía nuclear es igual a agua dulce barata. Si la llave de dicha energía la tiene el gobierno de Zapatero, por ser una decisión que debe tomarse a nivel nacional, Valcárcel y su colega valenciano harían bien en montarle una buena cabalgata (o cuantas sean precisas) para pedirle que autorice por ley a que produzcamos nuestra propia energía. Nada de agua para todos, ¡energía barata para todos! El gobierno regional debería organizar de inmediato unas cuantas cooperativas de usuarios que a su costa, mediante la energía nuclear, desalasen la mitad del Mediterráneo si hiciera falta, ya que siempre debe pagar quien se beneficia y nunca vivir a la sopa boba de los presupuestos públicos.
Si Zapatero dice que no, repito, que no, a algo tan aparentemente práctico, ya tenemos motivos más que sobrados para prestar atención a las medidas radicales que uno ha escuchado aquí y allá, como por ejemplo formar la Confederación Levantina (Comunidad Valenciana, Región de Murcia, provincia de Almería y algún otro territorio que se subiese en marcha) y pedirle al talantudo que se deje de historias nacionalistas o se pediría la independencia de estas tierras. Ni vascos, ni catalanes ni gallegos, ni andaluces..., nadie en absoluto tiene un motivo más serio que el nuestro para plantarle cara a un gobierno tan inepto y arbitrario que da la sensación de que nos quiera ver mendigando y atados de pies y manos.
De eso nada, monada, se acabó la época de emigrar en masa con el único fin de enriquecer a otras tierras como mano de obra barata y acabar convertidos, en el mejor de los casos, en unos maketos o charnegos sin ningún valor como personas. Yo, desde luego, que me considero ante todo un patriota español, lo último que desearía es que mi tierra murciana abandonase España, pero también considero que el socialismo nos están echando a empujones. Y como yo, creo que hay muchos que piensan igual a lo largo de todo el litoral español desde El Ejido hasta Vinaroz, que es donde hacia el norte comienza el reino del privilegio y la singularidad. Con su pan se lo coman. Cuando alguien habló alguna vez de la California de Europa, ya sabemos que hablaba del litoral mediterráneo español, tal vez algún día será “expañol” si la única alternativa que se nos ofrece es la de sustituir el agua por ese sudor de siglos que también es salobre y aún no vale para regar.
Imagen exterior de la desaladora "Virgen del Milagro" en Mazarrón |
Imagen parcial del interior de la desaladora "Virgen del Milagro", considerada modélica en muchos aspectos. |
PD: Por si alguien no fuese consciente del empuje de la iniciativa privada, sirva como ejemplo la desaladora de la localidad murciana de Mazarrón, que suministra desde hace casi 20 años (se dice pronto) 4.500m3 anuales y abastece del agua necesaria para el riego de 3.600 Ha de invernaderos. Y así va ese afortunado pueblo, cuyos productos agrícolas, en permanente actualización (la última innovación son los cultivos subtropicales), llegan a los puntos más lejanos de la geografía europea. ¡Lástima que incluso en el citado municipio queden tantas miles de hectáreas pendientes del agua! ¡Lástima, igualmente, que en el Sureste no se haya alzado la voz como es debido (al margen de la anécdota de la Confederación Levantina), ni se hayan proyectado las nucleares, ni se le vea el fin a esto de la sequía crónica!
Artículo revisado, insertado el 25 de junio de 2005 en Batiburrillo de Red Liberal
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