Del
mismo modo que la caída del muro de Berlín se convirtió en el símbolo de un
comunismo soviético que expiraba a causa de sus muchos males y patrañas, la
aprobación final y puesta en marcha del nuevo estatuto catalán juraría que supondrá el inicio de una agonía (al menos en Cataluña) del incorregible socialismo español, que es una ideología dispuesta con frecuencia a
regurgitar bilis con la intención de volver a las andadas e inocularnos el afán
de las dos Españas, un escenario en el que solamente Dios sabe cómo es posible
que ellos crean que les favorece.
Es indiscutible que no puede tener mucho futuro un partido político
capaz de escoger como líder al farsante Rodríguez Zapatero, que a la par aúna la
condición de incompetente definitivo. No, no puede tener futuro un partido dispuesto a dejar sin
patria y sin libertad a los españoles, creando a cambio dos o tres nacioncitas
tan de diseño como totalitarias. Y mucho menos cuando los socialistas se regocijan en asignarle
a la derecha democrática la condición de fascista y se muestran entusiasmados por arrinconarla
mediante el “todos contra uno”. No, el socialismo no puede tener más futuro que los años
indispensables para que el pueblo, a pesar de la caterva de propagandistas que
querrán impedirlo, acabe por comprender que el socialismo español representa el deseo de entontecer la voluntad de los ciudadanos y fraccionarlos en buenos y malos según
sea su grado de complacencia con la Secta.
A
diferencia del socialismo de la etapa anterior, donde abundó el latrocinio y el crimen de Estado, hoy no hay institución que en menos de dos años no haya sido
maltratada a conciencia por el actual socialismo de ZP: Las comunidades
autónomas de signo contrario, casi olvidadas en los presupuestos del Estado; la
Iglesia católica, humillada; el Ejército español, despreciado y convertido ante
el mundo en una banda de cobardes; la Justicia, manipulada; la enseñanza,
vulgarizada; la solidaridad interterritorial, casi suprimida. Eso sí, a cambio
el socialismo ha creado instituciones de nuevo cuño, como ese matrimonio gay
que la moral de una sociedad no puede permitirse sin resultar estupefacta, o se
ha posicionado en la permisividad criminal con ese aborto libre que el año
pasado (2005) costó 86.000 vidas inocentes y que en 2014 alcanza las 120.000.
Todo
unido, y otras mil bajezas más en complicidad con los nacionalistas, como los
intentos de golpe de Estado civil que, contra la Constitución, representan el
nuevo estatuto catalán, del que la vicepresidenta De la Vega dijo que se
aceptaba para el preámbulo el término nación y la obligatoriedad del idioma
“propio”, o como la negociación-sometimiento a los dictados de la banda asesina
ETA, cuyos dos primeros plazos abonados han sido el PCTV legalizado para las
autonómicas y el mirar hacia otro lado ante el próximo congreso de Batasuna, lo
que determinará tarde o temprano que el PSOE, un partido incapaz de integrar
alguna idea sensata y beneficiosa para el conjunto de los españoles, puesto que siempre
actúa a favor de la parte menos leal con España, algún día acabe arrinconado incluso por
sus votantes más adictos, quedando en poco menos que testimonial y siendo
sustituido por alguna coalición de ciudadanos no maleados ni maleantes, a los
que la sociedad deberá darle su oportunidad para que regenere la podredumbre de
la izquierda.
Llegará
un momento, estoy casi seguro de ello aunque no pueda verlo, que declararse
socialista provocará no poca repulsión en quien lo escuche, y que de la misma
manera que hoy son escasos los ciudadanos que desean ser encuadrados como
franquistas, habrá quien cambie su etiqueta política, como hacen ya los
comunistas, para camuflarse con otros nombres y que no se les identifique con
una ideología izquierdista que ha venido atentando desde siempre contra la
libertad y la equidad. Luego el socialismo, especialmente el socialismo
zapateril (la socialdemocracia nórdica es algo muy distinto), a no tardar será
una corriente del pasado.
Las
preguntas son: ¿Hay alguien con narices en el PSOE capaz de encabezar la
regeneración del partido? O todos son borregos. ¿Existe el patriotismo español,
siquiera sea en grado mínimo, en las filas socialistas? O lo que les mola es la
pluri-diversidad que reclaman los separatistas para luego negársela a los
demás. Si la respuesta es no en ambos casos, la aprobación del estatuto catalán
habrá marcado el principio del fin del socialismo, ya que si a la condición de
ser unos frescales le sumamos la falta de valor de sus militantes, sin que entre sus barones asome algo distinto a la cobardía ante Zapatero, entonces es
que no hay remedio posible y se consumará la gradual desaparición de un partido que
habrá pasado por la sociedad, como el comunismo (otra variante del socialismo),
para servir de ejemplo a futuras generaciones sobre el comportamiento inmoral en
la actividad política. ¿Hay socialistas decentes? ¡Por supuesto, a miles! Pero no son los que mandan.
Artículo
revisado, insertado el 13 de enero de 2006 en Batiburrillo de Red Liberal
PD: Después de
nueve años y un estatuto liberticida impulsado a medias por los socialistas catalanes, el PSC ha pasado
de 52 diputados autonómicos en la era de Pascual Maragall a los 18 de la legislatura
catalana que ha terminado hace poco. Para las elecciones del 27 de septiembre de
2015, los escaños que anticipan las encuestas para los socialistas son 15 o
16. Bien, pues esta misma progresión a
la baja parecen llevar los socialistas de otras comunidades, quizá salvo Andalucía, de ahí que un tipo tan simple como Pedro Sánchez no
pare de dorarle la píldora a cualquier formación política, por radical que sea,
con la que considera que puede llegar a pactar después de las generales y en una nueva edición esquizofrénica del "todos contra uno".
ResponderEliminarTal vez no lo veamos, aunque me gustaría, pero el psoe es un zombi a falta que lo entierren.
Después del exitoso innombrable, lo único que encontraron fue Pedro Sánchez "Maravillas", que aunque parecía imposible, va a hacer bueno a su antecesor. No tienen a nadie, lo cual es muy curioso porque hay muchos socialistas inteligentes con estudios universitarios. Claro que tal vez por ser inteligentes no se meten en política.
Como dices, a pesar de aprobarles el estatuto que quisieron, los escaños en Cataluña siguen bajando, tal vez porque los votantes socialistas no sean tan catalanistas como los dirigentes se piensan. Igual que en el pp. Pero es igual, la cuestión es mantener la autonosuya caliente para que nadie piense que ya está bien de taifas.
Andalucía es el cortijo del psoe y por tanto los del pp nunca ponen a nadie con cierto prestigio y saber. La Sra Díaz, es de lo mejor que hay en el partido y tardó diez años en hacer derecho y claro, le pusieron enfrente a un desconocido con menos méritos incluso. Y a pesar de todo, por poco hasta gana.
Y en las generales la cosa la tienen fácil, con un presidente completamente noqueado, sin ideas y que nos ha hecho sufrir estos cuatro años y con perspectiva de seguir sufriendo, pues a pesar de todo, las encuestas o le dan un avance significativo respecto de hace cuatro años.
Pacococo
Cierto, parece que Sánchez convertirá en un santito a ZP, porque Sánchez es igual de torpe pero con más mala uva.
EliminarConozco bien Cataluña. porque he vivido 40 años en Barcelona, y sé que el cinturón de ciudades que la rodea, que han venido votando socialista desde el 78, ahora se abstienen o ya votan Ciudadanos.
La señora Díaz parece ser la reserva del PSOE para cuando Sánchez la pifie. A mí no me importaría ver a Susana al frente del PSOE, por lo menos tiene sentido de Estado y patriotismo.
Las generales son toda una incógnita, pero lo más probable será un tripartito formado por PP, Ciudadanos y Unió. Lo que al PP le vendrá como anillo al dedo, porque sus acompañantes de coalición le obligarán a tomar las decisiones que ahora no se atreven, como por ejemplo el cambio de la Ley Electoral.
Espero no equivocarme demasiado porque la alternativa puede ser terrorífica: PSOE-Podemos-Compromís-Esquerra Republicana-CUP-Bildu, etc, etc.
Este artículo es a la política como la Biblia a la religión (con los debidos respetos).
ResponderEliminarMuchas gracias, Emilio. Me lo tomo como un piropo cojonudo, de los que animan a seguir en la brecha.
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