Las asociaciones sindicales, movimientos garrapatas dedicados a chupar del presupuesto público y a defender a sus asociados siempre que el partido del que dependen no disponga lo contrario, no tienen otra cosa mejor que hacer que dedicarse a firmar acuerdos y reivindicar el derecho de autodeterminación del País Vasco y Navarra. |
Parece cada vez más evidente que España se ha dividido en
dos bloques. Uno de ellos lo componen la izquierda y el nacionalismo, que
mientras juegan a ver quién engaña al otro no cesan de acaparar poder, tirar
rayas en el suelo o mearse en las farolas para marcar el territorio de
influencia exclusiva. El otro bloque estaría compuesto por el PP y quizá dentro
de poco por una serie de plataformas de nuevo cuño, como pudiera ser el caso de
Ciudadanos, que a saber si no servirán para restarle fuerza a una derecha
timorata que está pagando el precio de la mala gestión de Aznar y Rajoy respecto
a los medios informativos.
La situación recuerda a las últimas elecciones de la II
República, con un Frente Popular que apoyaba cualquier causa que molestase o
debilitase a la CEDA y a otros partidos menores de derechas. Ahora, con la
incorporación del sindicalismo a la instigadora idea del supuesto derecho a la
autodeterminación[1], se han reforzado las bases que deben darles alas a los
disgregadores para convertir España en una serie de territorios no ya
integrados, sino deshilvanados, donde los vínculos que se mantengan sean
precisamente de tipo colonial.
Las asociaciones sindicales, movimientos garrapatas
dedicados a chupar del presupuesto público y a defender a sus asociados siempre
que el partido del que dependen no disponga lo contrario, no tienen otra cosa
mejor que hacer que dedicarse a firmar acuerdos y reivindicar
el derecho de autodeterminación del País Vasco y Navarra. Me pregunto qué
tendrá que ver la autodeterminación, un derecho que la carta de la ONU reserva en
exclusiva para las colonias, con la defensa de los trabajadores. Me gustaría
saber, igualmente, qué sentido tiene que ese derecho se le adjudique en
paralelo a Navarra y el País Vasco, citándolos como si fuesen una especie de
nación única.
Tal y como indica elconfidencial.com,
la propuesta a la que se han sumado UGT y CCOO, “viene recogida en un documento
que pretende impulsar el proceso de paz”. La idea que inspira una hipotética
paz, basada en el derecho de autodeterminación propugnado por la ETA, no puede
despertar más que la sensación de que los sindicatos, encabezados por el
nacionalista LAB, nos están pidiendo a los españoles que renunciemos a la
integridad de nuestra patria. Desde mi punto de vista, otorgarle ese derecho a
cualquier territorio que se halle sometido a la tiranía del nacionalismo,
especialmente al que cuenta con una banda terrorista que intimida a todas horas
a la sociedad, sería algo parecido a una rendición incondicional del poder del
Estado y a dejar en manos de unos miserables a la parte de la población que aún
ama a España.
No sé si es en esa línea, en la de un frentepopulismo que
accederá a incluir el derecho de autodeterminación en el nuevo estatuto vasco,
en la que se mueve el presidente del Gobierno. Lo cierto es que todo apunta a
ello y a mi juicio se le está ofreciendo a la banda ETA que elija el menú de
cómo ha de ser el conjunto de España en las próximas décadas. A sabiendas de
que si no se produce una disgregación total, fracturándose en tres o cuatro
estados-nación, será simplemente por razones económicas: Nadie quiere perder a
la clientela que le sustenta el negocio. Ya lo decía el clásico: “Los grandes
egoístas son el plantel de los grandes malvados”. Me temo que el nacionalismo y
la izquierda, tan egoístas como siempre, difícilmente dejarán de dar personajes
de una fuerte catadura inmoral.
Artículo
revisado, insertado el 17 de febrero de 2006 en Batiburrillo de Red Liberal
Eso era lo que parecía en 2006, ahora vamos viendo quien es quién y el pp no es del otro bando. Lo que hay es un bando con la práctica totalidad de partidos y sindicatos y otro bando con tres o cuatro partidos testimoniales que defienden España.
ResponderEliminarY como de costumbre, media España abducida por las garrapatas y la otra media vagando como ovejas sin pastor. Tal vez si dejaran de ser ovejas, la cosa se podría arreglar.
Pacococo
Pues sí, me temo que tu último párrafo es un excelente resumen de lo que ocurre.
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