martes, 18 de agosto de 2015

El Gobierno de los talantudos (342)

La paridad entre talantitos y talantitas se hizo evidente en el gobierno de los talantudos, donde las cuotas entre torpes ellos y torpes ellas rozaron la perfección milimétrica. Ahora bien, si hubieran sido elegidos por su cociente intelectual, previo test dispuesto para el caso, entonces es muy posible que solamente uno, o a lo sumo dos, hubieran dado la talla y llegado a ministro. 


Talante retorcido

La tipa De la Vega afirmó en Valencia que "el Gobierno concede traductores valencianos para el idioma valenciano y abre una negociación con el Consell para una posible modificación del Memorándum que mañana se eleva a Bruselas". Para entendernos: Que el Gobierno de ZP reconoce el valenciano como un idioma distinto al catalán y así lo comunicará a Bruselas.

Montilla, espantado ante sus socios independentistas, enseguida atribuyó las declaraciones de la vicepresidenta a que "estaba en Valencia". Está bien claro que el ministro cordobés, asilvestrado al nazionalsocialismo en Cataluña, no tiene reparos en pedir en Barcelona que no se le haga caso a su ViceJefa cuando habla en Valencia. Está claro también que si el talante de la Vogue es de lo más voluble, el que aquí destaca más es el talante retorcido de Montilla, capaz de negar tres veces a su Señora Vicepresidenta con tal de contentar a los traidores del PSC (la C en negrita) que le rodean en Barcelona.


Talante difamador

El cerebro marrón del PSOE, un tal Pepiño el estrafalario, aseguró ayer que "el PP sigue preocupado por la derrota electoral y no por los 192 muertos". Como si no fuese posible tener preocupación por ambos asuntos o por ninguno, que sería el caso de Pepiño Blanco.

Ese tipo de afirmaciones que tratan de buscar el mayor descrédito posible del rival político, en las que como único argumento se usa la opinión personal o la de un tercero, es algo que correspondería a un personaje con talante difamador como es Pepiño Blanco y no hay duda de que, forzando la máquina, es algo que podemos practicar todos. El párrafo siguiente sería un ejemplo:

Está archidemostrado que Pepiño Blanco carece de toda ética y que no es más que el vocero ramplón de cuanta maldad y bajeza pasan por las mentes de la Ejecutiva socialista. Con sus declaraciones estrafalarias y cargadas de iniquidad, donde casi siempre practica el juicio de intenciones, el Secretario de organización del PSOE ha querido morder una vez más en la yugular del PP, al acusarle de insensibilidad hacia las 192 víctimas, para desviar la atención de la próxima presencia de Zapatero en la Comisión 11-M. Pepiño ha querido decirnos con la misma torpeza de siempre que si el PP es un partido insensible cualquier pregunta a ZP irá en esa línea.

Talante tenebroso

Haciendo honor a ese talante barriobajero que usa el Gobierno socialista hacia los que no puede controlar, la tipa De la Vega ha arremetido contra los curas y los jueces, llamándolos tenebrosos.

Uno no es especialmente amigo de los clérigos o simpatizante de la Judicatura que ahora tenemos, pero juraría por el Código Civil, el código postal e incluso el código de barras... que ambos colectivos no se han expresado de un modo tenebroso, algo a lo que el DRAE denomina en su tercera acepción: Hecho ocultamente y con intenciones perversas.

La Iglesia y el Consejo General del Poder Judicial alertaron abiertamente, sin perversión alguna, sobre las medidas que el gobierno de Zapatero pensaba tomar y que a ellos, Iglesia y Consejo, afectaban muy de lleno. En todo caso, la perversidad se encontraría del lado de quien acusa a otros de tenebrosos y pone normas en circulación, como la reforma de la Justicia, que atacan de lleno los valores democráticos y vulneran el imprescindible reparto de poderes, ya muy mermado como consecuencia de esos instintos depredadores que los dos partidos mayoritarios no cesan de usar cuando gobiernan.

Artículo revisado, insertado inicialmente el 12 de diciembre de 2004 en Batiburrillo de Red Liberal

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