El corpus doctrinal del liberalismo no puede ser más sencillo y podría resumirse en una sola frase: "El Estado debe ocuparse solamente de aquello que el ciudadano no pueda solventar por sí mismo". |
Hace unos días inserté un comentario en la bitácora
Ajopringue.
El comentario, que reproduzco al final de este párrafo, ha dado hasta el
momento 90 respuestas, ninguna de las cuales rebate mi opinión con argumentos sólidos.
De hecho, casi todas las intervenciones son un rifirrafe que nada tiene que ver
ni con el tema del artículo en el que yo anoté ni con mi aportación inicial, en
la que indicaba lo siguiente: El que de verdad no es inferior, mental y
culturalmente hablando, evoluciona desde la izquierda hacia posiciones
liberales. Yo diría que la evolución contraria, desde el liberalismo hacia la
izquierda, se da muy pocas veces.
Una vez reproducido el comentario de la discordia,
paso a afirmar lo siguiente: Lo ratifico de pe a pa. Pero no sólo lo ratifico
yo, a título individual, sino que ha sido ratificado de un modo colectivo por
los acontecimientos mundiales del último siglo. Qué otra cosa es, si no, la
caída del fascismo y el comunismo, regímenes antiliberales por antonomasia. Qué
otra cosa es, si no, la evolución que sigue esa enorme Republica china para
escapar de las garras de la penuria o el vivir con lo puesto. Porque en China
las ideas de izquierda han sido arrasadas por el pragmatismo de sus dirigentes,
quienes proclamándose aún comunistas sólo lo son respecto al método de acceso
al poder, pero no de un libre mercado al que no tardarán en levantar templos.
Así podríamos citar más de una veintena de casos que confirman la evolución
desde posiciones de izquierda hacia el liberalismo.
Declaro que el liberalismo es mental y
culturalmente superior al socialismo, llámese comunismo o llámese Estado del
bienestar, porque el hombre no nace en racimos ni todos contamos con las mismas
cualidades; porque el hombre, término genérico para que no se ofendan los
políticamente correctos, no nace sumiso ni sin capacidad para innovar o
evolucionar. Y esa evolución hacia el liberalismo, que no es más que el ansia
de hallar la libertad que le permita escoger el tipo de vida que desee, sólo la
acomete quien adquiere el sentido adecuado para valorar lo razonable, pues no
parece razonable que el trabajo deba rendir los mismos frutos a quien se
esfuerza que a quien no lo hace, fin último de esa política de reparto
igualitario de las izquierdas que no ha hecho otra cosa que ralentizar o
degradar el progreso de las sociedades donde ha gobernado, por muy sedicentes
progresistas que se digan.
Declaro que el liberalismo es mental y
culturalmente más honrado que el socialismo, puesto que el liberalismo acepta
que genera situaciones injustas, ya que no hay método político ni ideológico
perfecto, mientras que el socialismo no admite como propias tales situaciones
aun a pesar de crearlas en mayor abundancia. La honradez que comporta un menor
nivel de engaño o hipocresía es, en sí misma, reflejo de un estadio superior de
evolución mental y cultural. Como decía el clásico, primero debemos buscar el
honor que el placer ya llegará.
Declaro que bastantes de los llamados intelectuales
de izquierda se hallan anclados en tales posiciones por conveniencia económica,
por estupidez, por fanatismo o por odio, pues el socialismo va vestido de
verdades que no siente ni practica. Declaro, asimismo, que el círculo de
intelectuales de izquierda carece de la libertad suficiente para evadirse de
esa cárcel del pensamiento. Y que el mérito de quien lo consigue es doble, pues
demuestra que ha evolucionado hacia la libertad y que no carece del valor
necesario para enfrentarse a la jauría donde habitó.
Artículo revisado, elaborado el 21 de mayo de 2004
e insertado inicialmente en Batiburrillo de Red Liberal
PD: Cuanto se dice aquí del socialismo y similares,
donde es posible incluir a Izquierda Unida y ahora a Podemos, se adapta como un
guante a esas formaciones. En la actualidad, la izquierda es mucho más
sarmentosa que en cualquier otra época desde la Transición para acá, con un
Pedro Sánchez cuyo instinto estalinista le ha llevado a laminar a más de la
mitad del PSOE, sobre todo en Madrid, y un "Coletas" al que cada vez
que abre la boca se le ve con claridad que solamente destila un odio intenso.
Le quitas el odio a los marxistas y no queda nada. Ellos piensan que el odio mueve el mundo.
ResponderEliminarY la verdad es que tal y como está el mundo, parece que así es. Todos odiamos a todos, sin embargo eso tiene un fallo biológico: el ser humano no puede pasarse la vida odiando o si lo hace es porque esa vida es muy corta.
Lo curioso es comprobar como el mensaje sigue calando en tanta gente. Claro que yo dudo mucho del coeficiente intelectual de esa gente.
Pacococo
Exacto, el odio mueve el submundo izquierdista. Y además necesitan fijar enemigo, como los nacionalistas: "España nos roba". "Los banqueros de la derecha nos roban". Pero cada vez que ellos pasan por el poder dejan España como un estercolero que luego cuesta varios años adecentar. Mira ahora Venezuela, desabastecida de lo básico y camino del corralito. Y ese puto régimen venezolano, donde hay tanto odio y asesinan a tanta gente cada año, es un referente para los comunistas del coletas.
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