Casi todos los socialistas madrileños que aparecen en la imagen, elegidos mediante primarias, han sido cesados a dedo, es decir, de un modo estalinista, por el secretario general Pedro Sánchez. |
Hay dos caras en casi todos los políticos: 1)
Cuando le escuchas describir las teóricas bondades de su partido y 2) Cuando
ves cómo en la práctica convierte en canalladas esas mismas bondades. Un ejemplo
bien representativo de la doble faz del político farsante sería Pedro Sánchez,
dicen que socialista y secretario general del PSOE, o al menos de lo que queda
del PSOE después de que haya laminado, al genuino modo estalinista, a la mayor
parte del socialismo madrileño y el de otras provincias. Es decir, Sánchez se
ha cargado de un plumazo a compañeros que fueron elegidos nada menos que en
primarias y a cambio, en este caso mediante el dedazo, ha colocado a gente de
su cuerda cuya única característica para ser escogido —que no elegido— quizá
sea su grado de servilismo. El socialista Leguina —este sí lo es de verdad— ha
resumido con gran acierto la escabechina en el socialismo madrileño y su último
episodio: "La destitución de Carmona es un acto pornográfico de Ferraz".
Daría el sueldo de un mes por saber a ciencia cierta si Sánchez considera suya la bandera de España o no es más que una nueva artimaña para restar algo de radicalidad a su lamentable imagen. |
En otro apartado, pero igualmente dentro de lo que
podría considerarse la hipocresía de los políticos, Sánchez no dudó en soltar buena
parte de un mitin con una enorme bandera de España como telón de fondo, mientras
que casi al mismo tiempo, o al menos en días muy cercanos, pactó con el
separatismo de Compromís el gobierno de la Comunidad Valenciana y de la
alcaldía en la capital regional. Recordemos que Compromís tiene como objetivo declarado
número uno la destrucción de España para formar la federación independiente
denominada Països Catalans. Igualmente cabría añadir que el falsario Sánchez
aseguró que no pactaría con Bildu. Sin embargo, mediante la abstención, ha
favorecido la llegada de Bildu a unas cuantas alcaldías en Navarra. Y si eso no
es pactar, es regalarle el poder a los filoetarras, que todavía es peor. Y lo
más lamentable del caso es que lo ha hecho por si llegado el momento le faltan
un par o tres de diputados para llegar a La Moncloa.
Pero lo más descarnado del fariseísmo que practica
Sánchez, destinado casi en exclusiva a alcanzar el máximo poder personal sin
que nadie le haga sombra, es cuando afirmó con total rotundidad en una
entrevista con Gloria Lomana en Antena 3 que: "No va a pactar con el populismo".
O sea, no dijo que no pactaría con Podemos, sino con el populismo en general,
de ahí que el pacto para las alcaldías no solo lo ha realizado con Podemos donde ha sido necesario,
sino que ha pactado con un montón de franquicias populistas en toda España. No
es que el mocetón sea un mentiroso pertinaz, como se acredita mediante los
ejemplos referidos; no, ni mucho menos, la clave de tanto engaño puede
definirse mejor mediante esta frase: Nos hallamos ante un político de baja
estofa y muy mendaz. Estoy seguro de que al final, vaya donde vaya a parar este individuo —después de que se eligiera a ZP ya me espero cualquier cosa— resultará bueno para
nada y poco fiable para todo.
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