Fueron millones de muertos según el historiador Perales. Dicho así, como mínimo son dos millones. De ahí que otro 'genocida' de la misma calaña de Franco, el general Eisenhower, en cuanto pudo lo visitó para reprochárselo. La imagen corresponde al momento de la despedida del presidente norteamericano, ya puede verse la cara de reproche que ponen todos. Eso sí, casi nadie del pueblo fue a ese encuentro: Solo hubo un millón y medio de madrileños a lo largo de todo el recorrido. |
Cada vez que se habla a fondo con un alto cargo socialista
o se le entrevista con cierta amplitud, que para el caso es lo mismo, acaba
surgiendo el partidismo del personaje o, simplemente, una malintencionada ignorancia
(¿?) histórica que sólo puede obedecer a la alergia que la izquierda siente
hacia la verdad; lo que equivale, a su vez, al desprecio manifiesto hacia esos
ciudadanos a los que van destinadas sus falsedades. Tal es el caso de Alfonso
Perales, entrevistado hoy
en Europa Press. El gaditano Alfonso Perales
Pizarro fue el responsable de Política Autonómica y Relaciones
Institucionales de la Ejecutiva Federal Socialista, diputado por Cádiz en varias legislaturas. Veamos que contó el señor Perales en la
entrevista de EP, de la que entresaco algunos párrafos llamativos:
Lo primero que afirma es que no se
debe “criminalizar” (término nacional-progre para inhabilitar a quienes les
acusan de practicar fraude de ley) el uso del artículo 150.2 de la
Constitución para transferir competencias estatales a alguna comunidad autónoma
(Nótese que dice alguna, en
singular). Luego, eso sí, precisa que sería un error “su utilización
de forma generalizada para vaciar de contenido lo que son competencias
exclusivas del Estado”. Eso está bien, señor Perales, veo que es usted
partidario de unos sí y otros no, que es una solución completamente igualitaria
y del más puro estilo socialista. Ya nos dirá qué méritos concurren en los que
alcancen el sí y cuál es el pecado de lesa ideología para ser condenados al no.
A continuación el dirigente socialista afirma que el
PSOE no tiene “ningún inconveniente” en que Cataluña se denomine “comunidad
nacional” en su nuevo Estatuto. Rechaza precisamente que los Estatutos se
utilicen para modificar leyes orgánicas, así como la posibilidad de extender la
fórmula de concierto y cupo vasco a otras Comunidades Autónomas. Aquí el
señor Perales incurre en una contradicción que prefiero creer obedece más a su
torpeza que a su mala fe, porque denominar “comunidad nacional” a Cataluña
lleva implícito el cambio de la Constitución, que no es precisamente una ley
orgánica sino la Ley fundamental en la que está basada toda la legislación
española, estatutos incluidos. Por otra parte, me tranquiliza (relativamente,
puesto que no me fío demasiado) que no se quiera aplicar a otras comunidades la
fórmula del concierto vasco, fórmula que aplicada a dos o tres comunidades más
representaría la ruina absoluta para las arcas de la Nación. Pero me
tranquilizaría mucho más que existiese un proyecto para hacer desaparecer esos
conciertos con dos comunidades ricas que, además de no aportar nada al conjunto
de la sociedad, nos cuestan dinero cada año al resto de los españoles.
El señor Perales no descarta que se publiquen las
balanzas fiscales autonómicas, como tampoco que se haga con las comerciales,
siempre que no se utilicen como "arma arrojadiza" contra el sistema
actual. Como en cada párrafo, el dirigente socialista nos ofrece una de cal
y otra de arena. No es mala cosa que los españoles conozcamos las balanzas
comerciales entre comunidades. Pero unas balanzas no de la última década, sino
desde hace al menos 200 años, aunque fuesen a grosso modo. Como tampoco estaría
mal del todo averiguar las inversiones del Estado (o los avales) a la hora de
cuantificar el valor de las infraestructuras situadas en cada comunidad. Y
deberían cuantificarse, por supuesto, tomando como referencia el último siglo,
eso como poco. Concluye su comentario el señor Perales poniendo como condición
previa que no se utilicen como “arma arrojadiza”. Un comentario que me hace
creer que el diputado responsable de Política Autonómica del PSOE aún no ha
sido informado por sus papás sobre quiénes son en realidad los Reyes Magos.
Durante la entrevista a Europa
Press, Perales también se refirió a la retirada de la Estatua de Franco de la
zona de los Nuevos Ministerios madrileños, indicando que se hizo, en primer
lugar, porque la ministra de Fomento quiere darle a ese espacio "un
embellecimiento distinto, por decirlo de alguna manera". La ministra de Fomento, que podría guardarse el
embellecimiento para las cuestiones de su competencia, haría bien en no
inmiscuirse en aquello que corresponde decidir a la ciudad de Madrid y su
Ayuntamiento. Que los Nuevos Ministerios sea un conjunto de edificios propiedad
del Estado, no exime para que esa estatua sea retirada mediante una disposición
aprobada, si así fuese el caso, por el Pleno municipal, algo que no ha
sucedido. Lo que ha hecho la ministra es, como poco, una más de las incontables
cacicadas del socialismo en cuanto llega al poder. Llamarlo ahora
“embellecimiento distinto” es usar un paliativo que no atenúa en modo alguno el
ambiente guerracivilista propiciado por Zapatero, cuanto más si consideramos que siguen en pie otras
estatuas dedicadas a personajes de similar o peor calaña. Eso sin hablar de la
proliferación de calles con nombres de individuos xenófobos o trayectoria
sanguinaria.
A su juicio, el problema es
que el PP no debía reaccionar como ha reaccionado, y aseguró que la estatua se
quita también, entre otras razones, porque los socialistas no se esperaban que
dicho partido respondiera "malhumorado, enfadado y poco menos que
reivindicando" la figura del dictador.
¿Qué reacción esperaba el dirigente socialista? Estoy convencido, puesto que el
itinerario de estos sectarios avala mi certidumbre, que si Aznar hubiese
retirado a Largo Caballero de su pedestal, y además con nocturnidad luego de
una francachela ideológica disfrazada de homenaje a un verdugo llamado Carrillo, que las bases
del PSOE (“pásalo”) hubiesen cercado de nuevo las sedes del PP, con una cadena
SER clamando al cielo civil ante tal blasfemia (también civil) y pidiendo la
beatificación (civil, por supuesto) del golpista Largo Caballero.
La entrevista finaliza con un párrafo que da una idea de la
crueldad ideológica que usa la izquierda para reabrir heridas cerradas en el
78: “No se trata de dividir a nadie, porque muy pocos deben de ser los que
se identifiquen con la figura de Franco, que fue un dictador que provocó un
golpe de Estado ilegal y millones de muertos”. Que haya pocos que se
identifiquen con Franco me parece que es algo cierto, además de deseable, pero
al paso que llevamos, como rechazo a un frentismo que trata de glorificar su
escabroso pasado mediante el uso de la falsedad y la búsqueda de cadáveres en
las cunetas, no me extrañaría que más de uno volviese la mirada hacia la figura
de un dictador que jamás debió existir y que fue enterrado hace la friolera de cuarenta años. Por cierto, me llama también la atención que el diputado asocie
las palabras "golpe de Estado" e "ilegal". ¿Querrá decirnos
este buen señor que hay golpes de Estado legales? ¿Acaso catalogaría así a los
que intentó su izquierda durante la II República, pongamos en 1934?
Tres palabras descriptivas de su talante nocivo y
tergiversador, además de falsario, concluyen la entrevista con el señor
Perales, tres palabras que le adjudican a Franco la responsabilidad de
“millones de muertos”. Así, literal: “Franco [...] provocó [...] millones de
muertos”. Perales (acaba de quedarse sin el señor) es, según su ficha del
Congreso de Diputados, licenciado en Historia, lo que significa que no
desconoce la deshonestidad de su afirmación al adjudicarle a Franco “millones
de muertos”.
Las fuentes más fiables, reconocidas así por unos cuantos
historiadores especializados, respecto a las ejecuciones y asesinatos en los dos bandos de la
Guerra Civil, que son las que nos ofrece Salas Larrazábal y que Perales debería
conocer por su condición de historiador, nos hablan de 72.500 muertos en el
Frente Popular y 58.000 en el bando franquista. Si a todo ello le sumamos los combatientes
caídos, las enfermedades, los asesinatos cometidos por el “maquis”, etc.,
aparece una cifra de 433.000 fallecidos por todos los conceptos, probablemente
bastante más de la mitad imputables a sus ascendientes ideológicos de la
izquierda. No hay duda de que Perales quiso conceder una entrevista en la que
pretendía escenificar la postura de hombre bueno y le salió la del sectario que
lleva dentro. Ya lo afirmé (con perdón) en el título de un artículo anterior:
Socialistas: ¡antes muertos que normales!
Artículo revisado, insertado el 27 de marzo de 2005 en Batiburrillo de Red Liberal
PD: Después de publicado este artículo en Batiburrillo 2012, me intereso por ver qué ha sido de Alfonso Perales en estos 10 años transcurridos, y me entero que falleció el 23 de diciembre de 2006. Como añadí en otro artículo, no siempre se mueren los mejores, también fallecen los sectarios y los embusteros.
Estos son mantras progres para consumo de las masas logsianas. Se establece una cifra creible para cualquier acontecimiento, favorable a ellos o no y sucesivamente se va modificando al alza o a la baja de forma que al cabo de los años, el acontecimeinto se ha engrandecido o disminuido.
ResponderEliminarPero esto es de consumo interno, ellos pontifican en TV y como nadie les dice que mienten, pues cuela. Ya se sabe que la Tv siempre dice la verdad.
Pacococo
Ni más ni menos.
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