Este es uno de esos artículos menos recientes que suelo traer a este blog
porque sigue de plena actualidad lo que en él se cuenta: el ambientillo que
rodeaba al socialismo patrio. En cualquier caso, describe un episodio que
servirá para refrescarle la memoria a quien lo lea y así podrá evaluar, como si
dijéramos con una segunda opinión a su alcance, si a los españoles nos conviene
o no que el PSOE vuelva al poder. Como avance podría añadirse que esta gente no
ha aprendido nada, son igual de sectarios o peores que hace cuatro años. Ahí va
el artículo costumbrista:
José
Blanco afirma que el indulto a Vera no tendría coste político alguno. Por supuesto
que no, en el PSOE nada ha tenido nunca coste político alguno: Ni el crimen de
Estado de los Gal, ni el latrocinio generalizado, ni la corrupción galopante en
Andalucía, ni el paro y empobrecimiento de la Nación, ni el mirar para otro
lado cuando interesa contentar a los nacionalistas, ni el/los chivatazo/s a la
ETA, ni tantas y tantas fechorías como han cometido estos “progresistas”
enemigos mortales del progreso y amigos íntimos de lo ajeno.
Al
PSOE le basta con el control apabullante de unos medios de información que
sistemáticamente condenan como facha y asesino a quien fue el anterior presidente
del Gobierno, José María Aznar. A este partido cáncer de la sociedad española
le basta con vivir a la sombra de los titiriteros y de los pseudo
intelectuales, sobornándolos con prebendas para que se posicionen a su favor. A
este partido de atolondrados que ahora nos mal gobierna (noviembre de 2004), entre
los que destaca un jefe que no sabe lo que quiere salvo eliminar cualquier
huella o herencia dejada por Aznar, sólo le interesa conservar el poder aun a
costa de vender media España a quien dice descaradamente que no es español o
exige que la nación cambie de nombre, o sea, Pascual Maragall.
Pues
bien, éstos impresentables de ahora, quienes le precedieron al mando del
partido y quienes aún ostentan cargos de responsabilidad en el mismo, como
Guerra, Rodríguez Ibarra o José Blanco, no dudan ni un instante en sumarse a la
campaña iniciada por el corrupto González y dos de sus ministros de Interior,
Barrionuevo y Corcuera, para que a un vulgar chorizo que se llevó a su casa más
de 600 millones de pesetas (como mínimo y de las de antes, que era una pasta) le
den el indulto porque, aseguran, amenaza con suicidarse. Sólo que a buen
entendedor, en realidad lo que Vera insinúa es que piensa “largar” si no se
produce la prevaricación y dejan de indultarle. Y lo mejor de todo es que nadie
le pide a Vera que devuelva un duro, lo que significa que el indulto será a pelo.
Eso sí, según Pepiño no tendrá coste político alguno. Me lo creo, vistos los
anteriores desmanes del partido de los corruptos y asesinos. Lo que demuestra
una vez más que cada país tiene el Gobierno que merece y que los españoles, en
este aspecto, no valemos un pimiento. ¿Suena fuerte, verdad? Pero no por ello
es menos cierto y que conste que soy el primero en lamentarlo.
Me
pregunto qué hubiera pasado si un Secretario de Estado del anterior gobierno
del PP hubiese cometido los delitos ya juzgados y condenados del socialista
Vera. Me pregunto cómo reaccionarían la izquierda y el nacionalismo si Aznar y
otros ex altos cargos del partido pidieran el indulto para ese delincuente
convicto. Las respuestas a estas preguntas, respuestas que todos imaginamos, son
las pruebas concluyentes en las que se basa el Secretario de Organización del
PSOE, Pepiño Blanco, para afirmar que el coste político será igual a la
moralidad de su partido: Cero.
Artículo revisado, insertado inicialmente el 1 de
noviembre de 2004 en Batiburrillo de Red Liberal
PD: En la imagen, frente a la prisión, tres antiguos altos cargos del Gobierno de España: el expresidente Felipe González, el exministro de Interior, José Barrionuevo y el exsecretario de Estado, Rafael Vera. No es que pasara desapercibida la entrada en prisión de los cargos de Interior, pero no recuerdo que hubiera ningún revuelo. Claro que los presidiarios eran socialistas, normal. Ahora, con motivo de la visita de Rodrigo Rato al ministro de Interior, los socialistas llevan varios días como panteras pidiendo la dimisión o su cese. Incluso le han presentado una demanda por prevaricación y otros dos delitos más. ¿Cual es la diferencia? Sencillo, el ministro Fernández Díaz no es socialista.
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