Batiburrillo 2012: La 'obligación moral' del socialista García-Page

viernes, 14 de agosto de 2015

La 'obligación moral' del socialista García-Page

Si todo esto que se ve en el vídeo (muy recomendable) es lo que quiere eliminar el socialista García-Page, deberá de argumentarlo mucho mejor de como lo ha hecho estos días, porque los del Sureste llevan 35 años de sudores y sin duda están hartos de aguantar caprichos políticos.

El socialista García-Page asegura que tiene la "obligación moral" de poner fin al trasvase Tajo-Segura. Y como un argumento de su exquisita moralidad, añade: "Sé que algunos dirán que es política barata, que es lo de siempre y que volvemos con la guerra del agua", pero "no es así". Francamente, a mí no me basta con un simple "no es así", creo que este sujeto debe aclarar con argumentos contundentes que cuando los afectados abran el grifo y vean que no sale ni gota —en un sentido literal— debe tratarse de algo mucho más importante y tangible que la "política barata" y todo lo demás. Y los afectados pueden llegar a ser unos tres millones de personas, casi cuatro en verano.

Otro argumento de la "buena conciencia" de García-Page es esta frase: "Lo cierto y verdad es que el Gobierno de Rajoy va a ganar al Gobierno que más agua trasvasó en la historia de la democracia al Levante, que fue el de Aznar". Toma nota, Emilito: La cantidad de agua que puede trasvasarse la fija una ley de 2013, consensuada entre las cinco comunidades afectadas: Extremadura, Madrid, Castila-La Mancha, Región de Murcia y Comunidad Valenciana. De modo que si llueve más en la cabecera del Tajo, pero no así en la cuenca del Segura, podrá enviarse más agua a quien la necesite siempre que los embalses contengan un mínimo de su capacidad. Y eso debe ser así, según la Ley, sea con el gobierno de Rajoy, de Aznar o de cualquier otro. Eso sí, a condición de que no sea socialista, porque en tiempos de ZP se limitó a negar sistemáticamente cualquier trasvase, dando lugar a que murieran cientos de millones de árboles frutales —dejando una secuela de miseria y deudas en los regantes que habían invertido todo su patrimonio en acondicionar las tierras— y muy poco faltó, tras agotar por completo los acuíferos, en comenzar a regar las hortalizas con botellines de agua mineral, o casi.

Y concluye el político socialista con otra prueba de lo más solidaria, en este caso casi fraternal: "Aragón tienen una ley aprobada con carácter autonómico que impide los trasvases" y que no está "recurrida". El hecho de que en una circunstancia determinada no se recurra una ley autonómica (que es papel mojado y un brindis al sol, puesto que las cuencas hidrográficas son competencia plena del Estado), no significa absolutamente nada ni a nadie vincula, salvo a los deseosos de agarrarse a un clavo ardiendo como es tu caso.

Finalmente, el socialista García-Page se adentra en alegatos localistas que culpan al trasvase de todos los males de la ciudad de Toledo, y a tal hecho atribuye que el ciudadano de la capital manchega le haya dado la espalda al río. Vamos, que no suelen pasear por sus riberas. ¿No tendrá mayor influencia el hecho de que en esas riberas no apetezca demasiado el paseo y que es cuestión de que las limpien de vez en cuando? Creo que tú lo sabrás bien, que fuiste el alcalde durante un 'puñao' de años.

Me gustaría que alguien me aclarase qué significa exactamente "obligación moral" a la hora de suprimir una situación solidaria que, como se ha demostrado durante tantos años, perjudica a poquísimos manchegos y beneficia a varios millones de españoles: Municipios de Albacete, Alicante, Murcia y Almería beben agua del Tajo y en buena medida viven del sobrante. ¿Qué clase de moral es la de García-Page al pretender interrumpir algo así?

Es curioso que la izquierda, que como norma se atribuye a sí misma la superioridad moral en casi todo, quede tan a menudo a la altura del betún si se analiza lo que practica. En el caso del "socialista" García-Page, incapaz de justificar su deseo de eliminar el trasvase al Levante —lo que se produce previo pago generoso de su importe, 412 millones de euros— parece que prefiera que una parte del agua acabe en el mar a la altura de Lisboa. Sí, es curioso, porque tal actitud nos demuestra una vez más que el socialismo, en contra de la propaganda que maneja, no tiene arreglo y manifiesta con hechos lo contrario de lo que afirma. Repito por tercera vez: Predica una cosa y hace lo contrario.

Que García-Page quisiera negarle el agua a la Región de Murcia, gobernada por el PP, aún podría tener un pase, porque así lo ordenó el impresentable y radical Pedro Sánchez: "Al PP ni agua". Y se ve que García-Page no solamente usó el eslogan como banderín de enganche en su campaña electoral ganada por los pelos, sino que ahora obedece a pies juntillas a su jefe socialista —lo de socialista va siempre en cursiva para que se advierta el cachondeo del término.

Pero lo que ya no se entiende tan bien es que igualmente le quiera cerrar el grifo a su colega del alma, el valenciano Ximo Puig, otro socialista que de momento no ha dicho esta boca es mía al tema del trasvase porque ha pasado de la "emergencia social" en que declaró a la Comunidad Valenciana cuando tomó posesión, hace la friolera de 43 días, a la espantada vacacional en la que durante 15 días nadie debe llamarle, incluso si se hunde el mundo. Ya podemos ver que la solidaridad socialista no rige ni siquiera entre ellos mismos. ¡Qué peste de ideología!

Relación de trasvases importantes en España sobre los que muy rara vez se cuestiona su continuidad. ¿Acaso es así porque se dan otras circunstancias políticas? A destacar que hay nada menos que 10 trasvases del Ebro, aunque como no son hacia el Sur peninsular, se ve que en tales caso no se derrocha el agua: