Este es un artículo dedicado al entonces (año 2004) director de El Mundo cuya marcha hacia el medio digital El Español, creado por él como casi todo lo que ha dirigido, no impide en absoluto que lo que aquí se dice responda a lo que algunas personas que conozco opinan de Pedro J. Yo, me limité en su día a transcribir determinadas opiniones. Lean lo que sigue y comprobarán que es cierto:
El director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, se acaba de caer desde
lo más alto de la copa de ese guindo en el que había depositado la valía y el
talante del presidente Rodríguez. O eso es así, o simplemente ha transcurrido
ya el plazo fijado a partir del día en el que le preguntó a Zapatero ¿qué hay
de lo mío? En ese “lo mío” pongan ustedes lo que quieran: La concesión de una
cadena de televisión, o de radio, o de vete a saber qué pero en digital. Mismo
método al utilizado por Pedro J. con Aznar, al que primero elevó a los altares
de la gloria, ayudándole a escoger parcela, y luego, al comprobar que no había
nada de lo suyo, situó la peana del presidente junto a un precipicio adosado y
con vistas al oprobio, que es donde iban a parar las pelotas de “paddle” que le
arrojaba y que misteriosamente se recuperaban, en negrita, dentro de las
páginas de un diario que lleva quince años quitando y poniendo “rey”.
En su columna dominical de hoy en El Mundo, titulada “El primer error garrafal del ciudadano Zapatero”,
Pedro J. afirma que “la conducta de
Zapatero me ha sorprendido muy negativamente e, ironías aparte, pasados los
primeros días de perplejidad, mucho me temo que estemos ante un punto de
inflexión que augure lo peor”. ¡Bingo! Mejor dicho, ¡Guindo! Mejor
dicho todavía: Guindo garrafal o Valle del Jerte, que es ese paraíso guindoso
(perdón por el palabro) donde Pedro J. tenía previsto instalar la sede central
de su cadena televisiva. Porque si el muchacho le da la réplica a Losantos en
la COPE, es un decir, y habla y habla y habla como un Duracel con tirantes, lo
que verdaderamente le apetece es que además se le vea. Por eso hay quien dice
que con la televisión digital se pedirá un canal H-24 para él solito, en el que
el programa estrella, de formato venezolano y con boina roja, se llamará “Allo
Periodista”.
En otro de los párrafos de la columna pedrojotesca, término que
podríamos reservar para los desengañados en el “qué hay de lo mío”, el conocido
periodista añade: “Era la gran ocasión
de presentarse como un afable hombre de Estado, volcado en la atención de las
víctimas, dispuesto a conceder al adversario el beneficio de la duda para
contribuir a que cicatricen las heridas políticas abiertas entre el 11 y el
14-M y empeñado, sobre todo, en impulsar el esclarecimiento de la verdad de lo
ocurrido antes”. (...) “En
lugar de todo ello Zapatero caracterizó al PP como el infame tejedor de un
«engaño masivo», destinado a encauzar el dolor y el miedo de los españoles
hacia unas papeletas electorales manchadas de sangre y mentira”.
¡Nos ha “jodío” mayo! ¿Pero qué te esperabas Pedro J.? ¿No tuviste
bastante con casi tres lustros de felipismo? ¿No fue suficiente para ti
descubrir cadáveres enterrados en cal viva por órdenes de Mister X? Toma nota,
muchacho: Cuando alguien llega a lo más alto del socialismo nunca lo hace a
pelo, ni siquiera aupado sobre 192 muertos y 1.500 heridos. No, a ese alto
cargo se acostumbra a llegar a horcajadas del sectarismo y la incontinencia
ideológica, que son las dos monturas, con frecuencia desbocadas, mediante las
que el socialismo busca pisotear a fondo, cual atávico Atila, un territorio
llamado España, en el que tras el paso de la horda izquierdosa no acostumbra a
crecer la hierba ni suele reconocerlo “la madre que lo parió”. Porque si el
ciudadano español es el único animal que tropieza dos veces contra el pedrusco
sociata, se entiende que esa definición alude al hombre de a pie y por lo tanto
no es aplicable a un ser privilegiado como tú, capaz de elaborar 100 preguntas,
ni una más ni una menos (que no hubo becario en El Mundo que no aportase su
preguntita a la lista), y dirigirlas al marido de la señora Sonsoles.
De modo, querido, que tras aterrizar de tu largo viaje “guíndico”
y en espera de preguntarle a Rajoy “¿qué hay de lo mío?”, procura echar toda la
carne en el asador y darle a los totalitarios su merecido en las páginas de ese
diario que, esperemos, tan agudamente dirigirás una vez has vuelto a la
superficie del planeta Tierra. Necesitas hacerlo así para que estos prepotentes
ideológicos que ahora firman en el BOE se vayan del poder a la velocidad
inversa de sus merecimientos, o sea, la de la luz o como poco a Mach-100. Para
que dejen España deshilacha pero aún entera, sin que los desgarrones haya que
soldarlos con sangre o altercados. Piensa que gente como esta que ahora te
defrauda, ¡ya era hora!, hace bastantes años no dudó en sacar una ley
denominada “En defensa de la República”, que fue aplicada entre otras acciones
ignominiosas para cerrar sumariamente un centenar de periódicos. Entonces no lo
llamaban talante, se hizo a golpe de furgones cargados de guardias de asalto
que llegaban a las redacciones en lo más lóbrego de la noche, como sus
conciencias. Así que espabila, no vaya a ser que por querer emular con
demasiadas prisas a Polanco te encuentres que no hay modo de conseguir tu
propio imperio mediático y apenas pases de multimillonario en euros y en las
Islas Cayman, que es donde tendrías que colocar el servidor de “elmundo.es”
si indirectamente colaboras a la permanencia del zapastrófico presidente de la
Secta. Sí, ese mismo que no contestó a tus 100 preguntas.
Déjame decirte, finalmente, que eres un tipo que no me cae mal. Al
contrario, te escucho a gusto junto a Losantos y ambos me parecéis dos bestias
magníficas que el día que se os ocurra codificar la señal de la COPE no tendré
más narices que abonarme. Pero lo que no soporto es que te pongas estupendo a
base de equidistancia, sobre todo cuando un punto señala la libertad, el otro
el sectarismo y tú te hallas en medio. Así que no me seas Gallardón, déjate de
Navidades abstractas y ahora que sabes que me caes bien aplícate en tu trabajo.
Contrata unos cuantos periodistas más, de esos que le hincan el diente a los
temas del 11-M, y corrige en la medida de lo posible a los incompetentes (¿?)
de la Comisión Anti-PP. La democracia te estará agradecida y en el futuro
alguna calle llevará tu nombre, que no es poco.
Artículo
revisado, insertado el 19 de diciembre de 2004, tal cual se inserta hoy, en Batiburrillo de Red Liberal
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