jueves, 6 de agosto de 2015

La supremacía del liberalismo

El corpus doctrinal del liberalismo no puede ser más sencillo y podría resumirse en una sola frase: "El Estado debe ocuparse solamente de aquello que el ciudadano no pueda solventar por sí mismo".

Hace unos días inserté un comentario en la bitácora Ajopringue. El comentario, que reproduzco al final de este párrafo, ha dado hasta el momento 90 respuestas, ninguna de las cuales rebate mi opinión con argumentos sólidos. De hecho, casi todas las intervenciones son un rifirrafe que nada tiene que ver ni con el tema del artículo en el que yo anoté ni con mi aportación inicial, en la que indicaba lo siguiente: El que de verdad no es inferior, mental y culturalmente hablando, evoluciona desde la izquierda hacia posiciones liberales. Yo diría que la evolución contraria, desde el liberalismo hacia la izquierda, se da muy pocas veces.

Una vez reproducido el comentario de la discordia, paso a afirmar lo siguiente: Lo ratifico de pe a pa. Pero no sólo lo ratifico yo, a título individual, sino que ha sido ratificado de un modo colectivo por los acontecimientos mundiales del último siglo. Qué otra cosa es, si no, la caída del fascismo y el comunismo, regímenes antiliberales por antonomasia. Qué otra cosa es, si no, la evolución que sigue esa enorme Republica china para escapar de las garras de la penuria o el vivir con lo puesto. Porque en China las ideas de izquierda han sido arrasadas por el pragmatismo de sus dirigentes, quienes proclamándose aún comunistas sólo lo son respecto al método de acceso al poder, pero no de un libre mercado al que no tardarán en levantar templos. Así podríamos citar más de una veintena de casos que confirman la evolución desde posiciones de izquierda hacia el liberalismo.


 Declaro que el liberalismo es mental y culturalmente superior al socialismo, llámese comunismo o llámese Estado del bienestar, porque el hombre no nace en racimos ni todos contamos con las mismas cualidades; porque el hombre, término genérico para que no se ofendan los políticamente correctos, no nace sumiso ni sin capacidad para innovar o evolucionar. Y esa evolución hacia el liberalismo, que no es más que el ansia de hallar la libertad que le permita escoger el tipo de vida que desee, sólo la acomete quien adquiere el sentido adecuado para valorar lo razonable, pues no parece razonable que el trabajo deba rendir los mismos frutos a quien se esfuerza que a quien no lo hace, fin último de esa política de reparto igualitario de las izquierdas que no ha hecho otra cosa que ralentizar o degradar el progreso de las sociedades donde ha gobernado, por muy sedicentes progresistas que se digan.

Declaro que el liberalismo es mental y culturalmente más honrado que el socialismo, puesto que el liberalismo acepta que genera situaciones injustas, ya que no hay método político ni ideológico perfecto, mientras que el socialismo no admite como propias tales situaciones aun a pesar de crearlas en mayor abundancia. La honradez que comporta un menor nivel de engaño o hipocresía es, en sí misma, reflejo de un estadio superior de evolución mental y cultural. Como decía el clásico, primero debemos buscar el honor que el placer ya llegará.

Declaro que bastantes de los llamados intelectuales de izquierda se hallan anclados en tales posiciones por conveniencia económica, por estupidez, por fanatismo o por odio, pues el socialismo va vestido de verdades que no siente ni practica. Declaro, asimismo, que el círculo de intelectuales de izquierda carece de la libertad suficiente para evadirse de esa cárcel del pensamiento. Y que el mérito de quien lo consigue es doble, pues demuestra que ha evolucionado hacia la libertad y que no carece del valor necesario para enfrentarse a la jauría donde habitó.

Artículo revisado, elaborado el 21 de mayo de 2004 e insertado inicialmente en Batiburrillo de Red Liberal


PD: Cuanto se dice aquí del socialismo y similares, donde es posible incluir a Izquierda Unida y ahora a Podemos, se adapta como un guante a esas formaciones. En la actualidad, la izquierda es mucho más sarmentosa que en cualquier otra época desde la Transición para acá, con un Pedro Sánchez cuyo instinto estalinista le ha llevado a laminar a más de la mitad del PSOE, sobre todo en Madrid, y un "Coletas" al que cada vez que abre la boca se le ve con claridad que solamente destila un odio intenso. 

2 comentarios:

  1. Anónimo22:17

    Le quitas el odio a los marxistas y no queda nada. Ellos piensan que el odio mueve el mundo.

    Y la verdad es que tal y como está el mundo, parece que así es. Todos odiamos a todos, sin embargo eso tiene un fallo biológico: el ser humano no puede pasarse la vida odiando o si lo hace es porque esa vida es muy corta.

    Lo curioso es comprobar como el mensaje sigue calando en tanta gente. Claro que yo dudo mucho del coeficiente intelectual de esa gente.

    Pacococo

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    1. Exacto, el odio mueve el submundo izquierdista. Y además necesitan fijar enemigo, como los nacionalistas: "España nos roba". "Los banqueros de la derecha nos roban". Pero cada vez que ellos pasan por el poder dejan España como un estercolero que luego cuesta varios años adecentar. Mira ahora Venezuela, desabastecida de lo básico y camino del corralito. Y ese puto régimen venezolano, donde hay tanto odio y asesinan a tanta gente cada año, es un referente para los comunistas del coletas.

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