sábado, 10 de octubre de 2015

Sobre la ética y los pactos del socialista Pedro Sánchez (440)

Para algunos políticos, la ética más bien es una palabra cuyo significado (conjunto de principios y reglas morales), de ser llevado a la práctica supone un mundo de inconvenientes para lograr el propósito que se persigue: El poder. Ya tuvimos a un socialista carente por completo de ética, el infausto ZP, ¡Señor, líbranos de la tentación de un segundo!

Existen no pocas posibilidades de que a primeros de 2016 se elija a Pedro Sánchez como presidente del gobierno de España. Si ocurre algo así, será porque muchos votantes se han olvidado del infausto Zapatero, al que Sánchez dejaría en pañales, y porque el socialista contará con el respaldo de un nuevo Frente Popular compuesto de populistas, comunistas, trotskistas, antisistemas, separatistas y cuanta especie abominable circula hoy en día en la política no ya española, sino abiertamente anti española. Es decir, si finalmente Sánchez asalta el poder de la mano de esa repugnante caterva de políticos cuya divisa principal es el odio a la especie humana, entonces... ¡que Dios nos pille confesados durante vete a saber cuántos años! Al respecto, y ya que me he permitido citar a Dios en lo que es una frase hecha, no deje de leer un próximo artículo que abunda en el aspecto religioso relacionado con la izquierda, lo titulo Desobediencia civil.


Respecto a este tema de hoy, la pregunta sería: ¿Pedro Sánchez es un radical? A juzgar por su comportamiento, lo es sin duda alguna, ya que a partir de las autonómicas y municipales ha dado su respaldo a ciertas formaciones cuya ideología es propia de gente en estado de esquizofrenia avanzada, que con toda seguridad causará un gran perjuicio a los ciudadanos. Lo aclaro un poco más: si el socialista se hubiera limitado al acuerdo con la gente de Podemos (cualquiera de sus franquicias) y algún que otro comunista o ecologista, en el sentido de apoyarse mutuamente según fuese la lista más votada entre ellos, la cosa hubiera tenido cierta lógica con vistas a las generales, meta principalísima (por no decir única) de Pedro Sánchez.

Pero es que resulta que Sánchez le ha regalado a la CUP nada menos que el ayuntamiento de Badalona, tercera ciudad en importancia de Cataluña. Lo ha hecho sin necesidad alguna y sin que quepa esperar compensación por ello, puesto que no será nada fácil que la CUP saque algún diputado en las generales, si es que se presenta. ¿Razón del regalo? Sánchez vive obsesionado en que el PP no gobierne en ninguna parte, lo que demuestra a las claras un nivel de sectarismo solo comparable al del insensato Zapatero, con el que comienza a relacionarse bastante, a parecerse mucho y a dejarse ver en público.

De modo que para valorar el grado de radicalidad del candidato socialista ahora toca definir qué es la CUP, destinataria gratis total de su preciado regalo. La CUP (Candidatura de Unidad Popular) es una formación política que se declara independentista y pancatalanista (aspira a la independencia de Els Països Catalans), además de anticapitalista (comunista radical) y euroescéptica también de lo más radical, quieren abandonar la Unión Europea y el euro. Muchos de sus miembros proceden del anarquismo extremo y la agitación callejera, y por lo tanto aspiran a practicar una política de desobediencia total a las leyes en vigor. Aunque eso sí, como perfectos anarquistas enmascarados que son (de lo contrario no se presentarían a las elecciones), y practicantes de la hipocresía al cuadrado, no dejan de usar esas mismas leyes en provecho propio.

Tanto la ideología ultra izquierdista como la actitud rebelde de la CUP son pecata minuta que a Sánchez le resbalan por completo, ya que al carecer de cualquier tipo de escrúpulos el socialista es muy capaz de pactar con quien se le ponga delante a condición de que complete la suma necesaria que le permita llegar al poder, de ahí viene el regalo de Badalona ofrecido a esta gentuza antisistema, digamos que por si acaso.

Sí, eso es, la definición más precisa de Sánchez según sus antecedentes solo puede ser una: carece de moral.

La opción menos mala (pero en absoluto recomendable) que se me ocurre ante la radicalidad de Pedro Sánchez, vendría dada por un hecho que igualmente puede suceder: Que Ciudadanos saque el número suficiente de diputados como para respaldar al PSOE, de modo que basten solamente esos dos partidos para formar gobierno. En tal caso Albert Rivera, que sí parece un hombre moderado (luego ya se verá si supera la locura que engendra el poder), podría imponerle a Sánchez esa misma moderación además de obligarle a romper sus pactos espurios en comunidades y ayuntamientos. Y a la par, quizá le convenciera para que los ayuntamientos catalanes en manos socialistas abandonaran la Asociación de Municipios por la Independencia. Desde luego creo que Sánchez, que como he dicho me parece que carece de toda ética y lo que no le falta es codicia, aceptaría gustoso el acuerdo. 

2 comentarios:

  1. Anónimo21:50


    Como ilusiones hay que reconocer que tienes. Menos mal que te curas en salud diciendo que ya veremos si el poder no lo enloquece. Que no sería extraño.

    D. Pedro Sáches "Maravillas" es un personaje que deja como jemplo de bondad al innombrable, de modo que si alcanzara el poder nos íbamos a enterar de lo que es un gobierno demencial.

    Aunque parece que no remonta y sigue con los mismos votos que hace un año. Pero las encuestas son otra forma de manipulación y no hay que haceles caso. En la misma encuesta dice que los ciudadanos están encantados con las Sras Carmena y Colau. Y eso, por muy tontos que sean los ciudadanos de la encuesta, no me lo creo.

    Pacococo

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    1. Más que a ilusiones, a lo que juego es a la especulación de acuerdo a la información que me llega, lo que, por cierto, es bastante entretenido y a veces hasta divertido. Y sobre las encuestas, coincido contigo: Algunas no son nada creíbles, especialmente la de las "chicas" Carmena y Colau, dos verdaderos petardos de alcaldesas.

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