martes, 13 de octubre de 2015

El bobo felón (444)

Pactar con toda clase de separatistas antiespañoles y con toda clase de antisistemas dispuestos a pasarse las leyes por el trasero, como viene haciendo Pedro Sánchez, no es precisamente la actitud más adecuada para ser considerado un jefe como Dios manda. ¡Que pase el siguiente!

Este es un artículo de advertencia dirigido a los lectores indecisos respecto al destino de su voto. Trato de ponerles en guardia acerca de lo calamitoso de ese socialismo que padecimos durante ocho interminables años y que podríamos llegar a padecer otra vez, de no tomar la decisión adecuada, y ahora de la mano de un segundo ZP con más mala folla, es decir, con sus muchos defectos aumentados y corregidos. Lean, lean:

Lo bueno de poseer unos lectores de primera fila, como los que visitan y anotan en Batiburrillo, es que con sus anotaciones acaban por solucionarle a uno el artículo del día. Debo confesar, por lo tanto, que las apreciables ideas y puntos de vista de nuestros visitantes han inspirado las siguientes líneas. Vayan, pues, a ellos dedicadas y el que se sienta identificado en este o aquel párrafo que levante la mano y exija su “copirait”.


Lo que ahora nos gobierna no es una representación del Partido Socialista surgida de sus cuadros más preparados y eficaces, que en algún lugar deben de permanecer agazapados, sospecho que criogenizados y a la espera de... Tampoco parece una delegación facultada por el partido que aspire a promulgar iniciativas sociales en su línea ideológica y a mejorarnos la vida, más o menos, a los que circulamos por la calle. No señor, ni lo uno ni lo otro es lo que ahora nos gobierna aun cuando un congreso del PSOE, con la intención de escoger al menos molesto de sus candidatos, se ocupó de poner en órbita a aquel tipo alto que desde el atril hablaba con la voz impostada y no dudaba en prometerle el oro y el moro a todo el mundo, comenzando por uno de sus padrinos, Maragall, al que defenestró tan pronto pudo.

Lo que ahora nos gobierna es más bien una camarilla de amigotes y compadres, con bastante “malaleche”, compuesta de alfeñiques mentales y algún caimán, que tiene como propósito señalado darle gusto a quien preside —un sujeto adventicio en las labores de Estado— y satisfacerle su mayor deseo: la revancha de cuanto aconteció hace tres generaciones. Para ello, para ejercer debidamente la misión fundamental de la revancha, es preciso poner patas arriba y hacer tabla rasa de una nación que cuenta con más de cinco siglos de historia unitaria y varios milenios de concepto geográfico en los que por sus tierras pasó casi todo el saber de este mundo.

Luego la clave de cuanto desea esa cosa que ahora nos gobierna, es decir, su norte de apetencias, vendría definido por un simple enunciado: La revancha basada en el rencor, la necesidad de perpetuarse en el poder para lograrla y la creencia de que mediante la destrucción de la nación española habrá alcanzado la codiciada meta. Ocho de cada diez miembros del Partido Socialista no son capaces de ver tan infame propósito, los otros dos de cada diez están convencidos de salir beneficiados a título personal si el objetivo de la revancha se mantiene.

En el propio Gobierno se ha escogido a un grupo de floreros con faldas, incapaces de decirle al Jefe algo distinto al “como tú mandes”, y encima se ha vendido algo así a la sociedad como si de un avance paritario se tratase. Incompetentes con rabia todas ellas, Vogue incluida aunque se haya ganado fama de algo distinto entre tanta cretina, son la muestra más que evidente de que no se quiso formar un Ejecutivo con alta capacidad de gestión, sino más bien con bajo riesgo de contestación ante las ideas arbitrarias que se avecinaban. Incompetentes con rabia todos ellos, Solbes incluido aunque se haya ganado fama de algo distinto al mantener la política económica del PP, son la muestra irrebatible de que al sujeto que los eligió no le interesaba para nada la eminencia. Dos excepciones a la camarilla: el cesado Bono, tuerto en el país de los ciegos, y el azaroso Rubalcaba, calvo en el país de los ciegos y quintacolumnista desde el primer día en el Gobierno. De hecho, es él quien se ocupa de ir rectificando más de una torpeza de su patrón.

Porque ZP “reina” pero no gobierna, se limita al reconocido arte de improvisar sus instintos de cara a la revancha y a decirnos a los españoles que no nos preocupemos si miramos la Luna y vemos que atrasa la hora, porque esa Luna está hoy mejor que ayer pero menos llena que mañana. Es más, ZP “reina” pero no gobierna y la causa es simplemente porque no trabaja como debiera —¡gracias a Dios le sean dadas!—, puesto que un sujeto con tales instintos de revancha y malas artes, o sea, lunático de luna llena, si le diera por trabajar como un hombre en lugar de hacerlo como un haragán nos tendría mucho más corroídos a todos, que ya es decir.

Lo último que se comenta entre los asiduos de Batiburrillo es si ZP practica la felonía o en realidad no es más que un bobo. Hay quien se decanta por lo primero y lo llama directamente traidor, calificativo que secundo, y hay quien simplemente lo considera muy cortito de luces. Creo que ambas consideraciones no son incompatibles entre sí, porque bien mirado hay que ser muy bobo para actuar de un modo tan traicionero respecto a la nación cuyo gobierno preside. Es como escupir contra el viento sin temor a salpicarse, una bobada. Ahora bien, en cuanto a la condición de traidor, pocas dudas caben, le avala toda una trayectoria de más de dos años en los que ha practicado toda suerte de indignidades contra la nación.


Artículo revisado, insertado el 3 de enero de 2007 en Batiburrillo de Red Liberal

2 comentarios:

  1. Anónimo21:33


    Esto es lo normal, un tonto hace mucho más daño que un pillo y si el tonto se las da de listo, entonces apaga y vámonos.

    Como estos son ateos, pedir un jefe del psoe como Dios manda es un contrasentido, sería mejor pedirlo como Marx manda y tal vez sirviera de algo. En cualquier caso el pose es un zombi si lo mejor del partido es esto que ponen de dirigentes.

    Pacococo

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    1. Lo del letrero de la antorcha no es más que un desiderátum, es decir, pido otro jefe del PSOE, y además en frase hecha pido que sea como Dios manda. Jeje. Ya que pedirlo como Marx es algo así como pedirle una vela solo al diablo. En cuanto Susana Díaz se cargue a Perico el largo y la señora imponga su centrismo patriótico, el PSOE dejará de zombear. Lo malo es que Susana tiene sobre su cabeza dos o tres casos de corrupción: Eres, Cursos de formación, Aznalcóllar... De modo que uno por radical y la otra por vicecorrupta, la casa sin barrer.

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