He llegado a
escribir que Rajoy ganará las próximas elecciones generales. Lo hice hace unos
ocho meses. Lo creía así, y lo argumenté, pero ya no lo creo. No, al menos en
estos días. Rajoy es una persona con espíritu de funcionario que no ofrece la “tensión”
constante que hace falta ni las iniciativas necesarias para que sus posibles
electores mantengamos la ilusión y propaguemos entre nuestros allegados la
necesidad de expulsar a los incompetentes socialistas del poder. Tal
circunstancia determina que se vayan desinflando las ilusiones, como es mi
caso, y acabemos por creernos que esto no tiene arreglo y al final decidamos votar
a uno de esos partidos residuales de los que sabemos que no van a ganar nada
pero exponen un programa atractivo y merecen ir a más.
Rajoy actúa a
ráfagas, como esos vientos extraños que de la brisa pasan en segundos a lo más
alto de la escala, si bien la mayor parte del tiempo se encuentran en calma. Apenas faltan seis meses para que las elecciones se
convoquen, si es que no se anticipan algo, y el PP en pleno ha decidido echarse
la sienta durante todo el verano, cuando precisamente se suceden tantas y
tantas demostraciones del mal hacer de este gobierno zapaterino, como son los incendios
incontrolados o los numerosos fallos en las infraestructuras y medios de
transporte, sin que de ello se extraiga, como sería obligación, ningún rédito
electoral para la derecha. No, Rajoy no posee espíritu de killer y por lo tanto ahora creo que ZP, doctorado en
transgresiones a la ley con secuelas de impunidad, está en condiciones de
neutralizar sus principales fallos.
Veamos, a
Zapatero pueden reprochársele especialmente dos errores enormes, su deslealtad
hacia España como nación, dentro de la cual se incluiría el nuevo estatuto de
Cataluña, y sus cesiones al mundo etarra. Pues bien, para contrarrestar esa
impresión que muchos tenemos de hallarnos ante un Gobierno nada patriota, en
los próximos meses nos hartaremos de ver continuas alusiones de los socialistas
a España y a la nación. De hecho, la propaganda en tal sentido ya ha comenzado
mediante una serie de campañas institucionales en televisión que siempre
concluyen con el mensaje subliminal de una voz que dice: “Gobierno de España”.
Se trata de imbuir en los ciudadanos que Zapatero gobierna y que lo hace por y
para España. Y calará el mensaje, ¡vaya si calará!
En cuanto al
tema de la ETA, estamos viendo con claridad que la banda no atenta para no
darle el poder a la derecha, lo que probablemente está pactado, y que en las
últimas semanas se detiene a ciertos terroristas más o menos quemados, lo que
igualmente podría suponer, en el caso más favorable para el Gobierno, que se
estuviera produciendo una lucha interna dentro de la propia organización
terrorista y que se haya ido, previos chivatazos de la facción contraria, a por
los partidarios del hasta hace poco jefe etarra, un tal Txeroki.
¿Cuándo se ha visto
que durante el verano, casi a mediados de agosto, no se haya producido un
rosario de atentados en las costas españolas? No hablo de muertos, pero sí al
menos de la detonación de unos cuantos coches-bomba que a muchos les altere y
amargue las vacaciones. Este sería el primer año. Luego lo atribuyo a la
habilidad de la gente de ZP para hacernos creer que ha pasado de la negociación
con los etarras a la ruptura firme con ellos y al máximo grado de eficacia
policial. Y sin embargo todo es una farsa acordada, en la más pura lógica, que
mantiene al ralentí los motores del contubernio entre el PSOE y la ETA, del que
también forma parte la cesión temporal a UPN del gobierno de Navarra. En espera
de…
Nos hallamos,
pues, ante una pandilla de inmorales que no son capaces de gobernar con
decencia pero que son más listos que el hambre para mantenerse en el poder o
llegar a él. Lo sensato es reconocerlo. Saben lograr a la perfección, mediante
la propaganda más hipócrita, que muchos votantes se traguen sus ruedas de molino:
Si hay que declararse español hasta la muerte durante unos pocos meses, uno se
declara “Gobierno de España”, a todas horas y en televisión. ¡Y punto! Son
maestros, asimismo, en la ocultación de sus fechorías, de las que siempre
responsabilizarán al PP, como ha sucedido hace poco con los desahogados ministros
de Sanidad o Fomento. Pepiño, chamán del partido para el votante gárrulo, a su
vez no para con su soniquete de “Marianico el Breve”. Y también cala, ¡vaya si
cala!
A todo este
mundo propagandístico de cinco estrellas y cuarto que ofrece el socialismo
zapaterino, ¿qué antepone Rajoy o su cúpula directiva? El rumor de las olas
acariciando la arena de las playas en los crepúsculos del largo y cálido verano.
Perdón por la cursilada. O dicho de otro modo: No hay sesiones parlamentarias,
único terreno donde el jefe de los populares se encuentra a gusto —cuidado, ZP
comienza a cogerle la medida—, y por lo tanto Rajoy, junto a esa media docena
de portavoces cariacartonados de los que se rodea, se halla —es un decir— en la
más puritita situación de missing person. Y en estas condiciones, de ahí
que haya cambiado de opinión respecto a mi artículo de primeros de año, lo
lógico es que ZP vuelva a ganar. Los socialistas no son buenos gobernando, todo
lo contrario, pero dada su falta de escrúpulos son inmejorables vendiéndonos la
burra. Recordemos: “Gobierno de España”. Hipocresía 100%.
Artículo
revisado, insertado el 12 de agosto de 2007 en Batiburrillo de Red Liberal
PD (27-10-2015):
Como es de sobras conocido, Rajoy perdió las elecciones de 2008. Ahora, en
2015, da la impresión de que el jefe de los populares siga en la misma línea de
"el hombre quieto", una actitud que en absoluto sirve para contrarrestar cuanta propaganda izquierdista machaca en su contra. Es lógico lo de Rajoy, no va a cambiar su personalidad a
estas alturas, lo cual es un pequeño detalle que le puede suponer irse a su casa.
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