jueves, 27 de agosto de 2015

Un historiador socialista asegura que ‘Franco provocó millones de muertos’ (360)

Fueron millones de muertos según el historiador Perales. Dicho así, como mínimo son dos millones. De ahí que otro 'genocida' de la misma calaña de Franco, el general Eisenhower, en cuanto pudo lo visitó para reprochárselo. La imagen corresponde al momento de la despedida del presidente norteamericano, ya puede verse la cara de reproche que ponen todos. Eso sí, casi nadie del pueblo fue a ese encuentro: Solo hubo un millón y medio de madrileños a lo largo de todo el recorrido. 

Cada vez que se habla a fondo con un alto cargo socialista o se le entrevista con cierta amplitud, que para el caso es lo mismo, acaba surgiendo el partidismo del personaje o, simplemente, una malintencionada ignorancia (¿?) histórica que sólo puede obedecer a la alergia que la izquierda siente hacia la verdad; lo que equivale, a su vez, al desprecio manifiesto hacia esos ciudadanos a los que van destinadas sus falsedades. Tal es el caso de Alfonso Perales, entrevistado hoy en Europa Press. El gaditano Alfonso Perales Pizarro fue el responsable de Política Autonómica y Relaciones Institucionales de la Ejecutiva Federal Socialista, diputado por Cádiz en varias legislaturas. Veamos que contó el señor Perales en la entrevista de EP, de la que entresaco algunos párrafos llamativos:
 
Lo primero que afirma es que no se debe “criminalizar” (término nacional-progre para inhabilitar a quienes les acusan de practicar fraude de ley) el uso del artículo 150.2 de la Constitución para transferir competencias estatales a alguna comunidad autónoma (Nótese que dice alguna, en singular). Luego, eso sí, precisa que sería un error “su utilización de forma generalizada para vaciar de contenido lo que son competencias exclusivas del Estado”. Eso está bien, señor Perales, veo que es usted partidario de unos sí y otros no, que es una solución completamente igualitaria y del más puro estilo socialista. Ya nos dirá qué méritos concurren en los que alcancen el sí y cuál es el pecado de lesa ideología para ser condenados al no.


A continuación el dirigente socialista afirma que el PSOE no tiene “ningún inconveniente” en que Cataluña se denomine “comunidad nacional” en su nuevo Estatuto. Rechaza precisamente que los Estatutos se utilicen para modificar leyes orgánicas, así como la posibilidad de extender la fórmula de concierto y cupo vasco a otras Comunidades Autónomas. Aquí el señor Perales incurre en una contradicción que prefiero creer obedece más a su torpeza que a su mala fe, porque denominar “comunidad nacional” a Cataluña lleva implícito el cambio de la Constitución, que no es precisamente una ley orgánica sino la Ley fundamental en la que está basada toda la legislación española, estatutos incluidos. Por otra parte, me tranquiliza (relativamente, puesto que no me fío demasiado) que no se quiera aplicar a otras comunidades la fórmula del concierto vasco, fórmula que aplicada a dos o tres comunidades más representaría la ruina absoluta para las arcas de la Nación. Pero me tranquilizaría mucho más que existiese un proyecto para hacer desaparecer esos conciertos con dos comunidades ricas que, además de no aportar nada al conjunto de la sociedad, nos cuestan dinero cada año al resto de los españoles.

El señor Perales no descarta que se publiquen las balanzas fiscales autonómicas, como tampoco que se haga con las comerciales, siempre que no se utilicen como "arma arrojadiza" contra el sistema actual. Como en cada párrafo, el dirigente socialista nos ofrece una de cal y otra de arena. No es mala cosa que los españoles conozcamos las balanzas comerciales entre comunidades. Pero unas balanzas no de la última década, sino desde hace al menos 200 años, aunque fuesen a grosso modo. Como tampoco estaría mal del todo averiguar las inversiones del Estado (o los avales) a la hora de cuantificar el valor de las infraestructuras situadas en cada comunidad. Y deberían cuantificarse, por supuesto, tomando como referencia el último siglo, eso como poco. Concluye su comentario el señor Perales poniendo como condición previa que no se utilicen como “arma arrojadiza”. Un comentario que me hace creer que el diputado responsable de Política Autonómica del PSOE aún no ha sido informado por sus papás sobre quiénes son en realidad los Reyes Magos.

Durante la entrevista a Europa Press, Perales también se refirió a la retirada de la Estatua de Franco de la zona de los Nuevos Ministerios madrileños, indicando que se hizo, en primer lugar, porque la ministra de Fomento quiere darle a ese espacio "un embellecimiento distinto, por decirlo de alguna manera". La ministra de Fomento, que podría guardarse el embellecimiento para las cuestiones de su competencia, haría bien en no inmiscuirse en aquello que corresponde decidir a la ciudad de Madrid y su Ayuntamiento. Que los Nuevos Ministerios sea un conjunto de edificios propiedad del Estado, no exime para que esa estatua sea retirada mediante una disposición aprobada, si así fuese el caso, por el Pleno municipal, algo que no ha sucedido. Lo que ha hecho la ministra es, como poco, una más de las incontables cacicadas del socialismo en cuanto llega al poder. Llamarlo ahora “embellecimiento distinto” es usar un paliativo que no atenúa en modo alguno el ambiente guerracivilista propiciado por Zapatero, cuanto más si consideramos que siguen en pie otras estatuas dedicadas a personajes de similar o peor calaña. Eso sin hablar de la proliferación de calles con nombres de individuos xenófobos o trayectoria sanguinaria.

A su juicio, el problema es que el PP no debía reaccionar como ha reaccionado, y aseguró que la estatua se quita también, entre otras razones, porque los socialistas no se esperaban que dicho partido respondiera "malhumorado, enfadado y poco menos que reivindicando" la figura del dictador. ¿Qué reacción esperaba el dirigente socialista? Estoy convencido, puesto que el itinerario de estos sectarios avala mi certidumbre, que si Aznar hubiese retirado a Largo Caballero de su pedestal, y además con nocturnidad luego de una francachela ideológica disfrazada de homenaje a un verdugo llamado Carrillo, que las bases del PSOE (“pásalo”) hubiesen cercado de nuevo las sedes del PP, con una cadena SER clamando al cielo civil ante tal blasfemia (también civil) y pidiendo la beatificación (civil, por supuesto) del golpista Largo Caballero.

La entrevista finaliza con un párrafo que da una idea de la crueldad ideológica que usa la izquierda para reabrir heridas cerradas en el 78: “No se trata de dividir a nadie, porque muy pocos deben de ser los que se identifiquen con la figura de Franco, que fue un dictador que provocó un golpe de Estado ilegal y millones de muertos”. Que haya pocos que se identifiquen con Franco me parece que es algo cierto, además de deseable, pero al paso que llevamos, como rechazo a un frentismo que trata de glorificar su escabroso pasado mediante el uso de la falsedad y la búsqueda de cadáveres en las cunetas, no me extrañaría que más de uno volviese la mirada hacia la figura de un dictador que jamás debió existir y que fue enterrado hace la friolera de cuarenta años. Por cierto, me llama también la atención que el diputado asocie las palabras "golpe de Estado" e "ilegal". ¿Querrá decirnos este buen señor que hay golpes de Estado legales? ¿Acaso catalogaría así a los que intentó su izquierda durante la II República, pongamos en 1934?

Tres palabras descriptivas de su talante nocivo y tergiversador, además de falsario, concluyen la entrevista con el señor Perales, tres palabras que le adjudican a Franco la responsabilidad de “millones de muertos”. Así, literal: “Franco [...] provocó [...] millones de muertos”. Perales (acaba de quedarse sin el señor) es, según su ficha del Congreso de Diputados, licenciado en Historia, lo que significa que no desconoce la deshonestidad de su afirmación al adjudicarle a Franco “millones de muertos”.


Las fuentes más fiables, reconocidas así por unos cuantos historiadores especializados, respecto a las ejecuciones y asesinatos en los dos bandos de la Guerra Civil, que son las que nos ofrece Salas Larrazábal y que Perales debería conocer por su condición de historiador, nos hablan de 72.500 muertos en el Frente Popular y 58.000 en el bando franquista. Si a todo ello le sumamos los combatientes caídos, las enfermedades, los asesinatos cometidos por el “maquis”, etc., aparece una cifra de 433.000 fallecidos por todos los conceptos, probablemente bastante más de la mitad imputables a sus ascendientes ideológicos de la izquierda. No hay duda de que Perales quiso conceder una entrevista en la que pretendía escenificar la postura de hombre bueno y le salió la del sectario que lleva dentro. Ya lo afirmé (con perdón) en el título de un artículo anterior: Socialistas: ¡antes muertos que normales!
Artículo revisado, insertado el 27 de marzo de 2005 en Batiburrillo de Red Liberal

PD: Después de publicado este artículo en Batiburrillo 2012, me intereso por ver qué ha sido de Alfonso Perales en estos 10 años transcurridos, y me entero que falleció el 23 de diciembre de 2006. Como añadí en otro artículo, no siempre se mueren los mejores, también fallecen los sectarios y los embusteros. 

2 comentarios:

  1. Anónimo18:50

    Estos son mantras progres para consumo de las masas logsianas. Se establece una cifra creible para cualquier acontecimiento, favorable a ellos o no y sucesivamente se va modificando al alza o a la baja de forma que al cabo de los años, el acontecimeinto se ha engrandecido o disminuido.

    Pero esto es de consumo interno, ellos pontifican en TV y como nadie les dice que mienten, pues cuela. Ya se sabe que la Tv siempre dice la verdad.

    Pacococo

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